Descubrimiento

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Silvermist y Rosetta se despertaron muy temprano para tener la oportunidad de regresarle la piedra a sus nuevos dueños. Tinkerbell y Terence.

Ro tenía la idea de ponerse un poco de polvillo de hada de los animales para que así las pequeñas hormigas le obedecieran para sacar a Nyx del campamento y poder tomar así la piedra.

Silvermist entonces se rociaría con polvillo de hada de vuelo veloz y tomaría rápidamente el cristal con el que iría después, junto con Rosetta, a la casa de Tink a devolverlo.

ㅡSilvermist, esto debe hacerse rápidamente, ¿pudiste quitarle el polvillo?ㅡpreguntó Rosetta.

ㅡSí, aquí tengo los dos polvillos. Te rociaré y posteriormente yo tomaré un poco para ir a entregarlo lo más rápido posibleㅡcontinuó Silvermist para asegurarse de que el plan seguía siendo el mismo.

Cuando Rosetta fue rociada con el polvillo, se apresuró a ir al hormiguero para pedirle su ayuda a las hormigas que ahí habitaban. Los diminutos insectos aceptaron gustosos y fueron de inmediato a cargar al hada exploradora que dormía tranquilamente.

Cuando las hormigas la separaron del cristal, Silvermist esparció el polvillo de hada de vuelo veloz y se apresuró a tomar la dichosa piedra que de inmediato llevó hacia Tinkerbell.

Ella estaba a medio camino cuando fue alcanzada por Rosetta, quien iba rauda sobre el lomo de un gorrión que con gusto cogió el cristal con el pico y le dio un aventón también a Silvermist.

Ambas volaron hacia la casa y dejaron la roca frente a la puerta y así, cuando alguien de ellos saliera de la casa, podrían ver inmediatamente aquel preciado objeto que los llevaría de regreso a la tierra de las hadas.

Silvermist estaba colocando el cristal sobre el tapete de bienvenida cuando la puerta se abrió y Darla la observó de frente.

ㅡOh ohㅡdijo el hada del agua mientras observaba un sitio cercano al cual revolotear para salvar su pellejo.

ㅡNi lo pienses amiguita, más vale que entres a casaㅡle ordenó Darla.

De entre los arbustos salió rápidamente una parvada que comenzó a atacar a Darla. Rosetta lo había logrado después de haber visto que alguien giraba la perilla de la puerta.

De un solo movimiento Darla mandó a los pajarillos a volar hacia otra dirección gracias a su talento de vuelo veloz.

ㅡDebes ser Darlaㅡsusurró Silvermist, quien seguía parada frente a la puerta admirando el espectáculo.

ㅡLo soy, ¿gustan pasar para hablar?, creo que su amiga se encuentra subiendo las escaleras y a mano izquierda. Es la primer puertaㅡindicó amablemente mientras esperaba a que ambas entraran a la casa.

ㅡGracias, sin embargo solamente trajimos la piedra para ella, no tenemos intenciones de verlaㅡaclaró Rosetta.

Darla estaba por responderle cuando escuchó los inconfundibles pasos de su hijo al salir de su habitación.

Silvermist y Rosetta observaron la cara de angustia de aquella mujer e inmediatamente volaron en dirección a los platos que estaban acomodados en la alacena para poder ocultarse del otro humano.

ㅡ¿Estabas hablando con alguien?ㅡpreguntó Timothy, quien fijó su mirada en los ojos turbios de su madre.

ㅡNo, solamente estaba hablando conmigo misma, pero ahora quiero hablar contigo antes de que los chicos se levanten.

ㅡAdelante, ¿qué sucede esta vez?ㅡpreguntó Tim esperando con cautela a que su madre le revelase lo que realmente le pasaba.

ㅡHijo, ¿tú crees en las hadas y esas cosas?ㅡpreguntó Darla suplicando que él tomara eso muy en serio.

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