Capítulo 12

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   Abro los ojos con rapidez. Estaba rodeada de fotografías y cartas. Me había quedado dormida sobre la caja y ésta se había dado vuelta sobre mí y gran parte de la cama.

   Volteo levemente hasta toparme con el reloj que descansaba sobre la mesita de noche. ¡Seis y cinco! Entro a las siete a la empresa, tengo que apurarme.

   Salgo de la cama de un salto y, lo primero que hago, es abrir el armario. Encuentro una falda acampanada negra de cuero, una remera mangas largas anchas estilo sweater y unos tacos altos negros de terciopelo. Dejo la ropa estirada sobre la cama y me meto en el baño. Comienzo a duchar mi cuerpo, atando mis cabellos para no mojarlos. Al terminar, salgo del baño envuelta con una toalla rosa y camino lentamente hacia mi habitación.

   Me pongo un conjunto de braga violeta con encaje y luego me pongo, una a una, las prendas que había dejado minutos antes sobre la cama. Tomo un gancho del pelo de mi cajonera y junto mis cabellos en una media cola. Vi sobre mi mesita de noche un estuche de maquillaje. Podría. . . Pero nunca me maquillo. Es decir, lo hacía hasta que Anya nació. Hoy necesito pedirle a mi jefe un cambio de piloto, quizás, si voy bien producida, podría darme lo que tanto deseo: un piloto nuevo. Tomo el estuche, me paro frente al espejo del tocador que tenía en la habitación y comienzo a pasar sombras y colores a mi piel.

   Luego de pintar mis ojos de un color natural, con leves sombras en negro y hacer un bello delineado, tomo un lápiz labial color bordó y lo paso por mis labios, dejando un rastro de pintura tras su paso. Ya estoy lista y apenas son las seis y media.

   Agarro una cartera de mano tipo sobre negra con una delgada cadena plateada y la cuelgo de mi hombro. Salgo de la habitación con pasos rápidos y seguros y voy hacia donde estaban Anya y Cameron. Abro la puerta lentamente, ambos se encontraban sumidos en una especie de sueño reparador del que iban a despertar, por lo menos ahora. Debía avisarle a Cameron que saldría. Para mi suerte, encuentro un papel sobre la cajonera de Anya. Revuelvo en mi cartera, encontrando un bolígrafo. Comienzo a escribirle una nota a Cameron: "Cam: me fui a la empresa. Quiero creer que ya lo sabes, pero por las dudas. . . Nos vemos luego.". Salgo de la habitación y cierro la puerta con suavidad.

   Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. Tomo un vaso de la alacena y vierto un poco de agua en él. Llevo el vaso a mis labios y tomo todo su contenido de un solo sorbo. Ahora sí, oficialmente, puedo irme.

   Parada al otro lado de la puerta, aún podía sentir las gotas de agua pegando contra el techo. Había llovido toda la noche, o gran parte de ella, por lo que llevar un paraguas no sería tan mala opción. Por suerte tenía una negro que siempre estaba colgado en el perchero para prevenir percances. Lo agarro y presiono el botón para abrirlo antes de salir de casa.

   Camino hacia el auto bajo la protección del paraguas y, al llegar, lo cierro tratando de mojarme lo menos posible. Mi problema siempre fue esos segundos que pasan entre cuando cerras el paraguas y abrir la puerta, no eran muchos, pero sí los suficientes como para correrte el maquillaje. Me miro en el espejo del auto, mi rostro estaba bien, nada corrido y fuera de su lugar, ya puedo irme.

   Estaciono frente a la empresa, lo más cerca posible para evitar el hecho de tener que caminar por la lluvia con estos tacos. Abro el paraguas y bajo del auto. Camino por la acera hasta encontrarme frente a la puerta de la empresa. La brisa golpeaba mis piernas y me maldije por no haberme puesto unas medias can-can debajo. Apuro el paso para entrar al lugar, pero choco con alguien antes de poder, siquiera, moverme. Doy unos pasos hacia atrás para evitar perder el equilibrio.

   — Yo. . . Lo siento tan. . . —alzo la mirada—. ¿Nicolás?

   — ¿Ginebra? —lo miro a los ojos, pero parecía estar perdido. Su mirada recorría mi cuerpo de arriba a abajo, creando una sensación de incomodidad de la que no será fácil salir—. ¿Por qué no te fijas por dónde caminas?

530Where stories live. Discover now