Capitulo uno

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El piso cruje, se mueve bajo mis pies, aunque se que no es así. Es lo que te pasa cuando comes una baya venenosa.

-Shelley?- escucho la voz de Noa, que me mira preocupada- Te encuentras bien?

Intento asentir, aunque tengo un enorme dolor de cabeza y de estomago.

-Sera mejor que volvamos- me dice, aunque apenas la escucho. Siento que me toma del brazo y que me lleva a alguna parte.

Veo que nos acercamos a Gabrielle y a Aaron, que hablan silenciosamente debajo de un árbol. Noa me lleva junto a ellos, y la escucho decir:

-Creo que se comió algo...

Gabrielle se acerca a mi, como si fuera una madre preocupada, y me abre la boca bruscamente. Yo estoy tan fuera de mi, que se lo permito.

De repente, toma algo de mi diente, y me suelta. Veo como la negra cascarilla de la  baya se queda pegada a la yema de su dedo.

-Una baya venenosa- dice, no se a quien en particular.

Aaron asiente y se va, para volver luego con un puñado de bayas color azules. Me la pasa y dice:

-Cómelas.

Hago caso con dificultad, pero logro metermelas en la boca. Noa me ayuda a sentarme debajo del árbol, y yo siento como poco a poco me siento mejor.

Me miro las palmas de las manos, que están un poco manchadas de tierra. Veo como a lo lejos se acercan los niños, que entre saltos y carreras traen dos conejos para su cena. Adha va de la mano de Julian, que la sostiene con fuerza.

También, distingo la figura de Victor, que carga un venado en la espalada y se acerca con gran agilidad.

Cuando todos llegan junto a nosotros, parecen notar mi mal estado.

-Que le pasa a Shelley?- pregunta Sophie.

-Seguro se comió otra baya venenosa- responde Victor entre risas.

Gabrielle le  lanza una mirada fulminante, lo que hace que se calle. Yo no digo nada, aun estoy algo mareada.

-Volvamos- dice Aaron, y todos asienten.

Gabrielle y el cargan la comida, y Noa me ayuda a caminar mientras Victor cuida a los pequeños.

Llegamos a nuestra guardia, y a nuestro hogar, que se ve así:

Llegamos a nuestra guardia, y a nuestro hogar, que se ve así:

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Entramos y siento como Noa me acuesta en el sillón. Veo a Victor echar madera a la hoguera, para luego prender el fuego.

Los niños van al porche, y se sientan a jugar a las cartas en medio de frazadas y almohadones.

Gabriell va con ellos, y saca su libro habitual. Victor me tapa con una manta, y se va a calentar junto al fuego con Noa.

Aaron prepara te, una de las únicas cosas que sabe preparar en la cocina, al igual que los demás. Yo, en cambio, encontré un libro de cocina antiguo entre otros libros de Gabrielle, y aprendí a cocinar algunas cosas. Mis galletas de avena, miel y castañas son la merienda favorita de los niños.

Aunque cada vez me siento mejor, también me siento mas cansada, y lucho contra mis parpados, que cada vez se cierran mas.

De a poco, el sueño me gana, y al final, solo me dejo llevar por el.

Hijos del eclispse (TERMINADA)Where stories live. Discover now