Capitulo doce

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De repente, el viento pasa, y mueve todas las flores a nuestro alrededor, nos mueve a nosotros, y a todas las cosas, que parecen bailar con las luces naranjas de la tarde.

Estamos en el prado de las flores rojas desde la mañana, en mi lugar secreto, donde yo me sentía segura entre mi soledad, aunque ahora, disfrutando de la compañia de mi manada.

Cuando les mostré a todos el lugar, no pude evitar haberme arrepentido de no haberlo echo antes. Los ojos de los niños reflejaron todas las flores, y sus sonrisas corrieron junto a ellos cuando quisieron hacerlo. Los mayores, dejando atrás todo, se dejaron llevar por la energía del lugar, sintiendo desde todo su cuerpo la caricia de las flores, y disfrutando a pleno el viento de aroma dulce y cariñoso.

Los que ya conocíamos el lugar (Zack y yo), simplemente nos sentamos a mirar, pues no era nuestro lugar intervenir en tanta felicidad, y nos permitimos compartir la nuestra en nuestro primer beso.

Ahora, a mi alrededor nos veo a todos, que, viendo como el cielo se cae, y se transforma en colores naranjas y cálidos, nos permite tener un poco mas de luz para ver a nuestro alrededor.

Nos miro, y se que todo estará bien, porque hay muchos cazadores en el bosque, que pueden volver atrás y vivir, tal como lo hizo Zack, y muchas muchachas como yo, que encontraron su felicidad a través de otros

Y juntos, todos aquí recostados, podemos encontrar las nubes detrás del sol, y a la luna detrás de cada uno.

Hijos del eclispse (TERMINADA)Where stories live. Discover now