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-  Adiós... Adiós. -sacudí levemente mi mano antes de cerrar la puerta.

Se habían hecho ya las seis de la tarde cuando al fin Hoseok había decidido irse de aquí con el menor. Comencé a levantar la mesa para dejar los utensilios en el lavaplatos, tomé la esponja con detergente y comencé a fregar la porcelana blanca.

- ¿Vemos una película? -susurró al rodear mi cintura en sus fuertes brazos.- Quiero estar contigo antes de acostarnos... -su nariz acariciaba mi cuello.

Sin darme cuenta, la situación me fue envolviendo y mi mano ya no se movía. Sus labios eran tan esponjosos que deseaba morderlos para que nadie más los desee, su piel suave era éxtasis cuando rozaba con la mía.- Jiminnie... -susurré al abrir nuevamente mis ojos.- Ve a buscar algo para ver, iré cuando acabe con esto.

Dejó un casto beso en la parte trasera del cuello y corrió hacia el sofá dejando una estela de risa tras sus pasos. Negué con la cabeza mientras sonreía como estúpido, porque sí... Así me sentía junto a él, pero no era el típico idiota que quieres golpear sino que lo percibía de manera diferente. Era el idiota al que cualquier palabra proveniente de él, mi cuerpo se estremecía y sonreía por una semana entera, a veces hasta por el más mínimo acto mis orejas ardían y temblaban mis extremidades. 

Acomodé el último vaso en el escurridor, cerré la canilla y sequé mis manos con una pequeña toalla que había a un lado. 

- ¿Encontraste algo, Minnie? -me senté en el reposabrazos del sofá, abrazándolo sobre sus hombros.

- No lo sé, hay muchas que me llaman la atención pero... -bajó la vista para comenzar a jugar con sus pequeños dedos.

- ¿Minnie? -todo mi interior se puso alerta ante esa reacción.- ¿Qué pasa? -bajé mi mano libre hacia su mentón para levantarlo con la yema de mis dedos medios.

Sus ojos brillosos me observaron, sus mejillas parecían arder.- No sé tu gusto, Yoonnie... Soy un pésimo novio, no sé nada sobre tí.

- ¿Qué dices? -solté una pequeña risa, su mejilla era víctima de mi dedo pulgar.- Minnie, has salido de un coma hace pocos días y no hemos tenido tiempo de contar sobre nosotros. ¿De qué te preocupas? Tenemos la vida por delante, bebé.

- Mh... Creo que tienes razón... -levantó las comisuras de sus labios en una sonrisa. Con un rápido movimiento, tomó mi cintura jalándome hacia él.

Mis piernas quedaron a cada costado de las suyas, logrando sorprenderme. Jamás había estado tan cerca suyo, hasta podía sentir su perfume natural con quizás algunos toques de perfume desparramados por su clara piel. Ahora era mi rostro la víctima de un ardiente pero placentero fuego, que poco a poco se esparcía por mi sangre dejando pequeños choques eléctricos en mi abdomen. Tomé sus mejillas entre mis manos; me acerqué apoyando mi frente en la contraria para cerrar los ojos y conectar nuestras respiraciones. 

- Hyung~ 

No había podido captar ese susurro, mi mente estaba jugándome tantas malas pasadas en el último tiempo que haber oído la voz tan angelical y provocadora de mi novio se me hacía difícil de asimilar. Creo no hacía falta aclarar que jamás había tenido el placer de escuchar ese tono en él... Pero si estaba en lo correcto, al carajo mi poca cordura.

Antes de emitir reacción alguna, sus esponjosos labios rosados se encontraban sobre los míos, su lengua recorría cada centímetro de ellos elevándome a un estado crítico. Al abrirle paso, asaltó mi cavidad como si de ello dependiera su vida, tomando con su mano izquierda mi cuello y apretándome a él con el brazo libre que rodeaba mi cintura. En cuestión de segundos, ambos nos encontrábamos traspirando, entre jadeos y ruidos sensualmente sucios, se ocupó de ir lentamente destruyendo todo indicio de humanidad que se cruzara por mi mente. Park Jimin era salvaje.

Bajé mis extremidades hacia su espalda baja, recorriendo la tela de su camisa con mis dedos índices suavemente, sacando así algún que otro sonido vulgar. Deslicé mis manos debajo de la ropa y apreté sobre su piel para inclinarlo hacia el costado para que quedase recostado en el esquinero negro. Me senté sobre él y acaricié su rostro rojo, mi pulgar recorrió su hinchado y sexy labio inferior, sorprendiéndome con su lengua lamiendo la punta del mismo. Comenzó a acercarse cada vez más hasta absorberlo dentro de su boca y succionarlo tan placenteramente que podría venirme con tan sólo esa imagen. Su músculo danzaba envolviéndolo por todos los rincones sin quitar su mirada lujuriosa de mi rostro.

- ¿En verdad lo quieres, bebé? -susurré en su oído cuando me acerqué para besarlo. 

- Sí, Hyung~  -su pequeño jadeo en medio terminó por alborotar hasta mi más minúscula hormona.

- Te haré disfrutar como lo mereces, Minnie...-lamí tortuosamente su cuello, paseando por la clavícula y llegando al escote en V que dejaba ver su virgen cuello.- Y gritarás mi nombre como siempre he soñado. -mordí suavemente su piel.

- Mhg~ 

Only You - •Yoonmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora