Secret Sex - Christopher Vélez y Tú

Capítulo 11

– ¡Bájame ahora! – Grité, lo mas que pude. Mi garganta estaba ardiendo, por tratar de gritar y no poder. Me quedaría afónica pero no importaba – ¡Mierda! ¡Que me bajes! – Comencé a golpearle la espalda, pero sólo recibí una nalgada y esta fue mas fuerte, que la anterior. Christopher carcajeó y siguió caminando sin importarle el silencio y las miradas que se provocaban en la cafetería.

Al llegar al estacionamiento, el cual estaba solo. Christopher me bajó y lo primero que hice fue darle una cachetada, dejándole mi mano marcada en su mejilla.

– ¡Uy! Que gatita – Dijo sobándose su mejilla.

– Te mereces eso y mucho más. ¿Que piensas? No tienes ningún derecho sobre mi, Christopher, no puedes obligarme a hacer algo que yo no quiera. No eres nada de mío.

– Pero bien que compartiste "Sexo Secreto" conmigo.

– ¡Cállate! ¿Lo recordarás todos los días de mi vida?

– No me digas que te arrepientes.

– ¡Pues si! Si me arrepiento – Christopher levantó una ceja cínicamente y me tomó de la cintura pegándome a él.

– Pues eso no lo decías cuando estabas gimiendo de placer. Y apostémoslo _____ – Se acercó a mi oído y con voz ronca dijo – Te mueres por que entre en ti una vez mas – Lo miré sorprendida. ¿Donde estaba el Christopher del fin de semana? "Patan", es como los demás.

– Pues no, fíjate que no.

Me pegó a el y pude sentir su gran erección. Gemí al instante y me aventure a mirarlo a los ojos. Negros de pasión. Sus labios estaban tan cerca de los míos, solo con acercarme un poco y podía sentirlos. Pero no, yo no daría el primer paso.

– Te mueres por qué en este momento te bese – Murmuró diciendo toda la verdad.

– Si – Murmuré, Christopher sonrió – No cantes victoria, es solo que Eithan me ha dejado un mal sabor de boca – Levanté mi ceja y Christopher me soltó bruscamente. Casi aventándome. Lo miré sorprendida, el estaba furioso. Llevó sus manos a su cabeza y despeinó su cabello, como si estuviese frustrado. Luego se acerco a su carro y golpeó el cristal. El sonido del vidrio quebrado, me hizo tapar mis oídos y estremecer. Lo miré confundida. ¿Que carajo le estaba pasando? Luego miré su mano, estaba sangrando. Mi corazón se aceleró mas de lo normal.

– ¡Dios mío Christopher! – Corrí hacía el y tomé su mano. La respiración de Christopher estaba agitada, pero seguro que no era por el dolor.

– Déjalo así.

– ¿Que? No me pidas eso. Vamos inmediatamente a la enfermería.

– No – Murmuré seco – No queremos que las porristas, ni mucho menos Eithan nos vean justos ¿O si? – Mi estomago se retorció al escuchar eso. ¿Había estado mal lo que dije?.

– Mierda, Christopher no seas infantil ¿Quieres? Anda – Traté de moverlo, pero fue imposible. Seguía con su actitud. Bufé estresada y lo mire fijamente – Por favor, Christopher – Supliqué y dicho esto, y con delicadeza junté nuestros labios. Era un cálido beso, con mis manos se posaron en el cuello de Christopher, dio una leve mordida en mi labio inferior – Por...favor – Susurré sin dejar de besarlo. Esos labios eran perfectos. Suaves y tan deliciosos.

– Bien – Susurró. Me separé de el lentamente para verlo a los ojos. La furia se había ido, y un lindo brillo había aparecido en estos. Le sonreí y este me devolvió la sonrisa.

– Bien, hemos llegado – Dije mientras me estacionaba frente a la casa de Christopher. Lo había ido a dejar a su casa, ya que su mano derecha estaba fracturada y su auto sin cristal – Quiero que te cambies la venda de acuerdo a como te dijo la enfermera.