Capítulo 14

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Me giré desanimada y aún con lágrimas resbalando por mis mejillas.

– Eithan, ahora no – Murmuré, apenas, el no dijo nada, solo se acercó a mi y me abrazó. Estaba tan débil, que lo único que necesitaba era el calor y apoyo de alguien. Y ese alguien era Eithan, que en toda la semana en la cual Christopher estuvo ausente, se porto como todo un caballero conmigo.

Comencé a llorar entre sus brazos. Y lo abracé mas fuerte, como si no quisiera dejarlo ir, y en realidad no quería. Por que el era un buen amigo.

– Tranquila _____. Todo estará bien lo prometo.

– ¿Has visto como me trato? – Pregunté sin dejar de llorar.

– Si, es un imbécil...

– Eithan, yo... Yo no me merecía esto, no después de lo qué pasó entre nosotros. Me entregué a el, Eithan... y mira como me trata.

Mis lágrimas no paraban, era un llanto, un llanto que parecía no acabar nunca. Eithan volvió a tomarme en sus brazos. Luego escuché la voz de Dany, segundos después no volví a escucharla, pero sentí como otros brazos me rodeaban fuertemente. Ahora tenía dos buenos amigos conmigo.

Dany había traído consigo mi mochila. Y también había venido con Zabdiel, el cual me estrechó entre sus brazos diciéndome que Christopher era un "Completo imbécil". Habíamos decidido no entrar a clases, así que nos habíamos montado en el auto de Eithan y nos fuimos de "Pinta".

El día con los chicos había sido divertido, un poco. Por que cada cosa y lugar, me recordaba a Christopher, y me hacían romper en llanto.

Habíamos ido por mi auto al estacionamiento de la preparatoria. Y cada quien había tomado su auto, así que nos separamos. Al llegar a casa, hablé con mi madre diciéndole que me ausentaría por una semana a la preparatoria. Ella había aceptado, sin tomarle mucha importancia a lo que le decía, ya que estaba en el teléfono. Mi padre se había encerrado en su despacho, después de una discusión con mamá. En fin, mi vida se estaba volviendo un completo asco.

La semana de mi "Ausencia", llamémosle así, había pasado lenta. Dany me tenia al tanto de todo lo que sucedía en la preparatoria. Según lo que me platicaba, Christopher estrenaba novia. Una rubia flacucha, de segundo grado, que acababa de entrar. Lo cual me dolía en el corazón, como si me hubieran clavado una espada. Zabdiel se había peleado con Christopher, por nuestra situación y se habían dejado de hablar. Y ahora en cafetería, en nuestra mesa se sentaban Dany, Zabdiel y Eithan.

Eithan contaba que Zabdiel y Dany estaban muy cariñosos últimamente. Según el, había hablado con Zabdiel, y el le había dicho que le gustaba Dany, pero que tenía "Miedo" a no ser correspondido. También había dicho, que las porristas habían corrido todo el rumor sobre lo que había sucedido entre Christopher y yo. Me dijo que el Lunes, había tenido una pequeña pelea verbal con Christopher y que habían recibido detención los dos.

En fin, era Domingo por la noche cuando mis tres únicos mejores amigos habían ido a visitarme a mi casa, con pizza y regalos.

– Me alegra que ya estas mejor, _____ – Me dijo Zabdiel.

– Si, no mentiré. He estado llorando toda la santa semana, pero seguro que la herida sanará y será una...

– Cicatriz – Dijimos al unísono Eithan y yo. Lo miré sorprendida y sonriente – Si, eso – Asentí.

– Bien – Dany miró a Zabdiel, algo nervioso – Vamos por la Coca y las películas. Regresamos al rato chicos.

– De acuerdo, no tarden tanto. Y Zabdiel, cuida a esta rubia ¡Eh! – Dijo Eithan, Zabdiel asintió sonriente y minutos después salieron de la casa.

– Me encanta tu sonrisa – Dijo Eithan, mientras se hacia un espacio en el sillón.

– Gracias, nunca te lo había dicho, pero tu mirada me encanta.

– Gracias señorita – Hizo una voz de gay, lo cual me hizo reír. Luego tomó mi mano, lo que me hizo mirarlo. – _____ debo, decirte algo – Suspiré y asentí sonriente – Yo, eh...

El teléfono comenzó a sonar, miré a Eithan y él asintió. Me paré y conteste.

– ¿Hola? – Pregunté pero nadie respondió, solo se escuchaba su respiración – ¿Hay alguien ahí? – Pregunté, y luego de esto, colgaron. Miré el identificador de llamadas y el número se me hacía conocido, rápido tomé mi celular y busque el número de Christopher. Me estremecí al ver que era el mismo número, y nuevamente las ganas de llorar me invadieron. Mis manos comenzaron a temblar. ¿Le devuelvo la llamada? "Devuélvela _____, para algo te llamo ¿No?". Me estremecí, y comencé a teclear los números de vuelta.

Secret Sex - Christopher Vélez y Tú Where stories live. Discover now