Capítulo III

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SeokJin había evitado muy bien las conversaciones con su grupo de amigos. Había alegado estar enfermo, por lo que, nadie le insistió el juntarse con algunos de ellos. Ni siquiera Jimin, quien solía ser un poco más caprichoso que el resto respecto a su hyung.

Aún así él sabía que no podía esconderse para siempre tras las paredes de su departamento. En algún momento tenía que salir y enfrentar la situación, ese momento sería más temprano que tarde.

Llegó el lunes por la mañana y Jin despertó con un suspiro cansino. Sus ojos se habían deshinchado por completo desde el sábado en la noche. Lo único que quedaba como rastro del llanto que había soltado durante toda la noche era la mirada vacía y perdida que tenía.

Se preparó para salir de su casa y dirigirse a la universidad. El trayecto demoraba media hora aproximadamente. Esta vez, no fue capaz de pasar a buscar a YoonGi, ni de mensajearle para que se fuesen juntos como solían hacer a veces. No, esta vez, prefirió irse solo para tener aún más tiempo para prepararse al ver a YoonGi, para lograr mantener la sonrisa forzada en su rostro junto a su tranquilo carácter.

— ¡Hyung! —escuchó la voz de TaeHyung tras él. Al parecer, había logrado dar con él en cuanto puso un pie dentro de la universidad.

— Tae, ¿qué haces tan temprano? ¿Tu clase no empieza a las once y cuarto? —preguntó el mayor.

— Sí, pero debo entregar unas fotografías para la clase de las tres. No soy bueno con los retratos, prefiero los paisajes, pero si debo retratar a alguien tiene que ser a SeokJin hyung. — ni bien terminó de hablar, sacó una cámara particularmente grande a los ojos de Jin y le tomó una fotografía. Lo tomó por sorpresa, ni siquiera supo reaccionar, qué expresión poner o la pose que debería hacer.

— Yah, TaeHyung, eso debe tener una calificación. No puedes hacerlo sin un ensayo previo.

— Me gusta capturar los momentos, hyung, no poses ensayadas. Al menos, así es con los paisajes. — el muchacho se encogió de hombros. — Y sé que me irá bien.

— ¿Cómo lo sabes? —inquirió SeokJin no muy convencido por sus palabras.

— Logré capturar una emoción. — TaeHyung lo dejó solo en el pasillo. Sabía que si había alguien a quien no le podía ocultar su verdadero ser era a él.

No pasó demasiado tiempo para que tuviera que encontrarse con YoonGi. Para el almuerzo siempre se reunían en grupo, no era algo que pudiera evitar. No podía seguir levantando sospechas respecto a su real malestar.

— Hyung, no respondiste los mensajes que te envié durante el fin de semana, ¿estabas tan mal? —preguntó el culpable de su pesar.

— Oh... sí, estuve con algo de fiebre y no quise ver el celular. Me provocaba dolor de cabeza. —soltó una corta risa nerviosa y no miró a los ojos de YoonGi al responder.

— Ah, de acuerdo. Por cierto, ¿me acompañas hoy? Necesito conversar contigo.

Ese pequeño comentario disparó todas las alarmas de Jin. ¿Y si lo descubrió?, ¿y si vio a través de sus mentiras?, ¿y si echó fuera todas sus caretas?

— ¿Hyung? —insistió.

— ¡Ah! Sí, sí. Puedo acompañarte.

SeokJin no fue capaz de mantenerse al tanto de la conversación que tenían sus dongsaeng. El miedo que tenía a ser descubierto estaba tan presente que le dolía el estómago de los nervios. Sólo podía darse cuenta de que Jimin era el blanco de burlas nuevamente, que parecían estarse riendo por algo que había dicho, pero Jin no podía decir qué. De lo otro que fue consciente, fue de Min YoonGi, él estaba completamente concentrado en su teléfono celular y le reía a la pantalla con la expresión de un idiota. Recibió una punzada en el pecho.

Apreciándote en otros brazos - YoonJinWhere stories live. Discover now