Capítulo VII

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SeokJin salió del baño aún confundido con lo que acababa de pasar. Había lavado su rostro antes de cruzar la puerta. Se dio cuenta de que el moreno bailarín no le había esperado. Probablemente se había cansado durante los últimos quince minutos que se encerró en ese baño. No le importaba, la confusión en su cabeza era todo lo que le preocupaba en ese momento.

Buscó la mesa donde había dejado a sus amigos con la mirada y encontró a todo el grupo excepto a YoonGi y a Hoseok. Ese maldito cobarde se había ido corriendo luego de lo que pasó.

El mayor se acercó a la mesa y, de inmediato, se puso la chaqueta.

— ¿Te vas, hyung? —preguntó Jimin, dejando de tontear con TaeHyung y JungKook.

— Sí. —respondió escuetamente. La expresión de Jin no era buena y los chicos no entendían bien por qué.

— ¿Qué pasa, SeokJin hyung? —esta vez fue JungKook.

— Nada, no me pasa nada. Estoy un poco cansado y mañana tengo clases temprano. —esbozó una sonrisa que no se creía ni él.

— ¿Te acompaño? —TaeHyung ya estaba poniéndose de pie para ir tras él.

— No, gracias, Tae. No es necesario, estoy bien. —aseguró, pero la verdad era que quería estar solo.

SeokJin dejó a los chicos en la mesa y se fue apresurado luego de haber dejado dinero para que paguen por las bebidas que habían consumido durante la noche. Al salir del local lo recibió una ráfaga de viento, la noche estaba helada y estaba seguro de que si se iba caminando hasta su casa se le congelaría el cerebro. Por eso, y recordando una conversación que tuvo con Jimin sobre su método de evitar pensar demasiado en momentos difíciles, decidió que no tomaría ningún taxi hasta su hogar.

Jimin había dicho que el frío congelaba los pensamientos, pero la escena del beso que compartió SeokJin con YoonGi no dejaba de repetirse en su cabeza, a pesar del frío que calaba su cuerpo. Tal vez no había suficiente frío para combatir el calor que se había despertado en su corazón por el pelinegro.

Sus pies se movían por inercia y su cuerpo temblaba gracias a las bajas temperaturas. Tenía las mejillas, la nariz y sus manos al rojo vivo. Intentó abrazar su propio cuerpo para darse algo de calor, intentó también calentar sus manos con su aliento, pero nada funcionaba.

¿Qué había estado pensando YoonGi? ¿Por qué lo había besado de esa manera? ¿De verdad había sido el alcohol? ¿Sólo él lo estaba pensando demasiado? ¿Y si YoonGi ya lo había olvidado? ¿Si ahora estaba besando a Hoseok sin considerar que ello fuese un error? ¿Si ahora estaban abrazados, cubiertos, sobreviviendo al frío el uno junto al otro mientras él se deshacía en las calles de Seúl, solo?

Pero había una parte testaruda de él. Ese positivismo tan propio de SeokJin, a veces, le jugaba malas pasadas. Lo había mantenido a raya durante cinco años con el tema de YoonGi. Siempre se decía que no lo intente, que era imposible, que sólo iba a salir lastimado. Ahora quería salir a flote. ¿Y si YoonGi sentía algo por él? ¿Si ese beso había sido la demostración de que había logrado ingresar en el corazón de ese muchacho? ¿Y si él también estaba pensando en ese beso ahora? ¿Si también sentía frío por estar lejos de él? Pero no, YoonGi no se había ido solo, se había ido con Hoseok y SeokJin dudaba mucho que Hoseok deje espacio en su mente para que YoonGi pensara en él.

Una vez que llegó a su casa entumido de frío, prendió la calefacción y se puso lo más cerca a ella posible. Fue entonces que se dio cuenta de algo de suma importancia. Era imposible para Kim SeokJin seguir siendo amigo de Min YoonGi, porque le había dado a probar un pedazo de los mayores placeres que tenía la vida, compartir un beso con su amor eterno. YoonGi lo había arrastrado al suelo cuando él pensaba que se estaba levantando, que podía permanecer como su eterno mejor amigo. ¡Mentiras! Ya no podía echar el tiempo atrás y el desespero que tenía por tener sus labios no iba a desaparecer. SeokJin ya no quería seguir viviendo una falsedad, no quería seguir reprimiéndose. Era muy cruel, Min YoonGi era verdaderamente cruel.

Apreciándote en otros brazos - YoonJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora