Capítulo IV

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Ese mismo día por la noche, SeokJin se encontraba en un bar que había encontrado meses atrás cerca de su casa. Su nombre era "Clover". Tenía un ambiente tranquilo, especial para almas solitarias que deseaban hundir sus penas en la bebida, una de no mucha calidad cabe destacar.

El muchacho ya llevaba casi la mitad de un whiskey del cuál ni siquiera conocía la marca. Sus pensamientos eran borrosos, sus recuerdos estaban difusos pero la sensación de vacío en el pecho aún no se retiraba. Es más, parecía acrecentar con cada trago que daba.

Al salir de su casa no había puesto ningún cuidado a su imagen personal, así que destacaba bastante con su pantalón de buzo y el polerón, ambos rosas. No eran las pintas para presentarse en un bar, pero a Jin no le importaba. En ese momento no le interesaban las miradas acusadoras, sólo quería olvidar durante un segundo que lo había perdido todo, que el único recuerdo que tenía era un beso tosco, unilateral y nada especial. Pasó sus dedos por encima de sus labios y sonrió, sonrió a su estupidez. Aún en esa situación podía recordar bien la sensación de los labios ajenos chocar contra los suyos, el ligero dolor gracias al choque de sus dientes y la mirada de decepción que le lanzó el muchacho que había sido el único dueño de su corazón durante cinco años. Sí, sabía que para él ese beso había significado algo completamente diferente, pero si era lo único que podía atesorar, lo único sincero de parte de él hacia YoonGi, entonces lo pondría en su corazón y lo enterraría allí.

— Hey, disculpa. — Jin sintió que alguien lo estaba zamarreando. Estuvo obligado a levantar la cara de la barra, porque sí, al parecer se había dormido por un par de minutos. — ¿Estás bien? Lo siento, pero no te venderé más bebida en ese estado. Puedo hacerte un café si deseas. — SeokJin intentó enfocar la mirada y logró distinguir a un muchacho que parecía ser el barman, ya que estaba usando un uniforme y se encontraba al otro lado de la barra. Gran descubrimiento, SeokJin.

El joven era moreno y le estaba regalando una encantadora sonrisa, gracias a la cual se le formaban un par de hoyuelos en las mejillas. Había aprendido una cosa en los últimos meses.

— ¡Yah! ¡Nunca confíes en un chico que conoces en un bar con una sonrisa perfecta! — balbuceó mientras apuntaba a quien recién acababa de conocer. La imagen de la sonrisa de Hoseok se hizo presente. ¡Ni siquiera podía odiarlo!

— Parece que tu madre te aconsejó bien antes de salir de casa. — se burló el chico mientras preparaba una taza de café para su borracho cliente.

— Son tan amigables y luego te lo quitan todo. —el tono de su voz se había perdido al final, su mirada se había dirigido a algún lugar de la barra.

— ¿Qui-quieres que te lo quite todo? Pero estamos en un lugar público... —bromeó el moreno, recibiendo una mirada de reproche por parte del borracho. — Bien, bien, ¿qué pasa? ¿Mal de amores? —preguntó dando en el clavo.

— Supongo que debes ver un caso por semana por aquí...

— Sí, ya lo tomé como parte de mi trabajo. Embriago gente y luego escucho sus amores frustrados. —se encogió de hombros. — Gajes del oficio. ¿Y quién es el culpable?

— ¿Por qué asumes que es un hombre? — preguntó SeokJin intentando darle otro trago a la botella que descansaba sobre la mesa, pero el barman fue más rápido y se la quitó de las manos.

— No más de esto. —le dijo refiriéndose al alcohol. — Y bueno, puede sonar prejuicioso pero estás vestido de rosado y, más importante, estuviste hablando solo durante media hora sobre cómo tu mejor amigo te había rechazado por completo sin considerar todos los cuidados que habías tenido con él durante los últimos... ¿Cinco años?

Apreciándote en otros brazos - YoonJinWhere stories live. Discover now