Aitana abrió los ojos y se dio cuenta de que no estaba Luis a su lado. Se levantó y fue hacia el baño para meterse en la ducha.
Varios pensamientos llegaron a su cabeza. ¿Ahora qué haría? No entendía lo que Luis quería y al día siguiente sería la boda. ¿Cómo iban a actuar frente a Paula? Sería extraño para la pequeña.
Salió de la ducha, envolviéndose en una toalla. Se colocó la ropa del día anterior y comenzó a escuchar música de fondo, "until it's gone" de Linkin Park. Bajó las escaleras y notó que la puerta principal estaba abierta.
Lentamente se acercó y vio a Luis con su teléfono mientras silbaba la melodía.
-Luis, ¿qué haces?- Este se giró y sonrió al verla.
-Me ha llamado mi madre y he salido, viene ahora con Paula. Se han ido para desayunar. He pensado que podíamos ir a algún lado si no tienes nada que hacer.
-¿Y Paula?
-Mi madre se quedará con ella. Siempre me dice que no pasa tiempo con su nieta,es el momento.- Aitana soltó una carcajada.
-Habla primero con ella, yo tengo que ir a mi casa a cambiarme y todo.
-Ya lo hice, cree que los próximos en casarnos vamos a ser nosotros.
Aitana se sonrojó mientras se reía.
-Ya quisieras.- Le picó.- ¿Y Paula sabe algo?
-No hable con ella, pero no creo que sepa que es mentira.
-No me refiero a eso. ¿Ella se cree que estemos juntos?
-No lo se. No se si quiero seguir actuando tampoco.
-¿A qué te refieres?
-Es obvio que tenemos algo, Aitana. Se que soy muy molesto a veces y que te saco de tus casillas y muchas veces soy demasiado seco, pero se que sientes algo por mí.-Se acercó a ella mientras buscaba su mirada, pero ella evitaba mirarle a los ojos.
-Luis...
-¿Por qué fingir algo que puede ser real?
El corazón de Aitana latía fuerte, ¿le estaba pidiendo lo que ella creía?
-¿Estás...?
-Sí, Aitana. -Una sonrisa apareció en su cara.- No respondas ahora, dímelo esta noche. Ponte algo bonito.
Se metió dentro de la casa, dejándola ahí. Quería gritar. Luis Cepeda, el tío más frío que había conocido quería salir con ella y cada día cambiaba más. Su lado amable salía cada vez más seguido y quería esperar a la noche para pedirle salir con ella.
Aitana se fue a casa para cambiarse. Revisó toda su ropa y no encontraba nada que le convenciese. No sabía si sería formal o informal. Encontró un vestido negro por encima de las rodillas y se lo probó, estaba hecho para ella.
Se lo quitó otra vez y lo dejó encima de la cama, no sabía a qué hora vendría a por ella, pero tenía que ir a cuidar a Paula.
Se puso unos vaqueros y un top y guardó el vestido en una bolsa, para cambiarse allí. Al llegar, le abrió Paula la puerta.
-¡Aitana!- Se tiró a sus brazos, abrazándola.
-Hola, amor.- Le besó la cabeza y entró a la casa.- ¿Tu abuela está aquí?
-Sí, está en el salón con papá.
Ambas fueron de la mano hacia donde estaban Luis y Encarna. Solo había hablado una vez con ella y no estaba tan nerviosa, pero la situación le imponía. Aitana se detuvo cuando escuchó su nombre.
