|Competencia| Hank × Gavin| DBH 🔵🔫

5. Una buena charla

Ya habían pasado la semana del descanso de Gavin, era el día en que volvería a verlo y disculparse con él.
Llegó más temprano de lo que siempre hacía, estaba ansioso no podía negarlo, ansioso de ver esos ojos azules que le encantaban, saber si Hank estaba dispuesto a escucharlo y mirar como es que lo había dejado después de esa golpiza que le había metido, si lo había lastimado lo suficiente sé odiaría por el resto de su patética vida.

Hank aún no llegaba, era raro, si, ese viejo era de llegar tarde pero ya había pasado lo suficiente, Gavin miraba de reojo el escritorio del mayor cada que podía, pero nada, ni sus luces. Hasta que lo escuchó, levantó rápido su vista con una sonrisa algo notable, la cual desapareció al instante.

No venía sólo.

- Muchas gracias por sus cuidados señora Díaz, le aseguro que no volveré a hacer escenitas de peleas en bares, ya no estoy en edad- lo dijo mirando y riéndose con la enfermera, que era por lo menos 7 años menor que él.

- Por favor Hank, háblame de tú, me llamo Elizabeth, después de una semana estar curandote las heridas ya deberías saber que me caes bien y te he permitido que me llames por mi nombre.- una sonrisa se formó en la enfermera, era linda pensaba Anderson. - Y eso espero Anderson, no me gustaría verte de nuevo en mi consultorio con golpes peores o peor verte en un hospital.

- Vaya tan mal me porte en mis consultas ¿qué ya no me quieres volverba ver?- se cruzó de brazos.

Elizabeth se soltó riendo. - Sabes que no me refiero a eso, claro que me gustaría verte pero no de esa forma.- se dio cuenta de lo que había dicho y sus mejillas se tornaron algo rojas.

-Algún día estaré en el hospital pero no por culpa de una riña, no te preocupes. Me despido tengo trabajo que hacer- le dio la mano, un beso en la mejilla y se dispuso a irse cuando sintió una mano sujertalo.

- H-hank, me preguntaba si...- la mujer estaba nerviosa- tal vez, en uno de tus tiempos libres podríamos salir, a comer, bailar o donde tu quieras.

- Eli... yo...- ¿la enfermera le estaba invitando a salir? esto era nuevo, hace mucho una mujer no se lo ofrecía, era linda pero en estos momentos no quería relación alguna, de igual forma no quería hacerla sentir mal- está bien, yo te aviso cuando puedo y nos ponemos de acuerdo ¿si?.

Ella asintió feliz, dándole un beso rápido en la mejilla para irse a sus labores.

Otra vez ese sentimiento de celos recorría su cuerpo ¿es qué nadie dejaba en paz al señor? Si no era un androide, era una enfermera. Ahora se maldecia más, el peligris estaba recuperado de los golpes pero gracias a eso ahora tenía una cita. Bufó, se paró de su escritorio para dirigirse a la cafetería de la estación, un café, eso era lo que necesitaba para calmarse.

Hank recogía papeles y tiraba los que ya no necesitaba, su hora de salir había llegado por fin, se estiró estar sentado lo agotaba y era malo para su espalda, la maldita edad, quería regresar a esa época en que podía hacer más cosas en su trabajo, le divertía atrapar delincuentes, ahora corría tras ellos y se ahogaba por falta de aire, ejercicio... tal vez regresar al gimnasio era lo que le hacía falta.

Estaba a punto de irse cuando una voz bastante conocida lo llamó.

- ¿Hank?- el responsable de que ahora tenga una cita con una enfermera linda estaba frente a él, pensó que nunca le volvería a dirigir la palabra.

- ¿Gavin? ¿qué pasa?- lo dijo de una forma calmada y normal, no quería asustar al chico, que pensará que estaba molesto con él o algo.

- ¿Ya te vas?- estúpida pregunta Reed, estúpida pregunta.

- Emmm, pues si ya es la hora- incomodidad entre los dos había.

- Quisiera... invitarte a salir, ir al bar de Jimmy ¿qué dices?- estaba nervioso, si se viera en el espejo se estaría burlando de él mismo.

- ¿Hoy? es decir ¿ahora? ¿en estos momentos?-

- Si no puedes o estás cansado no te preocupes.... ahg maldición olvida esto, olvidalo.- unos pasos y se frenó ante la respuesta.

- No, espera... claro vamos ¿por qué no?- los dos se miraron y sonrieron.

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Otra vez en ese bar, el mayor tenía la esperanza de que no fuera error en aceptar esa invitación, esperaba que pudieran aclarar las cosas.

Se sentaron en la barra, Gavin pidió una cerveza.

- ¿No piensas tomar nada, viejo?

Suspiró, solo tomaría una, no le caería mal, eso quería imaginar.

- Una cerveza Jimmy, por favor.

Un silencio incómodo se formó en ellos, solo las voces de varios clientes tomados se escuchaba, otros cantaban o solo jugaban cartas, la misma escena que presenciaban cada que iban a ese lugar.

- ¿Y? ¿qué tal Elizabeth?- fue como Reed rompió silencio.

- Bueno, es linda no lo voy a negar, me ayudo mucho en la recuperación de mis heridas, que un maldito borracho me dejó.... y formamos una linda amistad.

Gavin bajo la cabeza de la vergüenza ante ese comentario.

- Pero... ella- fue interrumpido.

- Lo sé, lo sé, no soy estúpido hace años que no estoy en una relación pero se cuando alguien te coquetea o siente interés por ti. Y la verdad yo ahorita no estoy interesado en una relación.

Golpe en el corazón, en sus sentimientos... seguro un golpe en la cara de un boxeador hubiera dolido menos, tomó un gran sorbo de cerveza, Hank se dio cuenta de su error.

- Lo siento- igual tomo de si cerveza, al acabar la dejo en la barra. - ¿Entonces... desde cuándo eres gay?- pregunta directa pero quería avanzar con esto.

Gav casi escupe la cerveza a la cara de Jimmy.

- ¿Qué?- trataba de que la cerveza que quedaba en su garganta pasara y un ataque de tos no ocurriera.

- Supongo que no gracias a mi te diste cuenta de tu orientación, creo que siempre lo supiste-.

- Si, bueno tenía que guardar las apariencias, tú muy bien sabes que en un trabajo como el nuestro si saben que eres gay o que eres diferente a ellos te tratan de una manera no muy agradable.

- ¿Entonces por eso tu carácter de la mierda?- se rió, no quería que se enfadara por su comentario.

Reed igual sonrió. - No, de hecho mi carácter de la mierda es natural, aunque a muchos les fastidie para mi es una barrera de protección, para que la gente no piense que todos los gays deben ser amanerados o femeninos.- no podía creer que estuviera hablando de esto con él, que se estuviera confesando como si fueran los amigos de toda la vida.