Capítulo IX

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Abril, 702 D.C.

--El hilo conductor de esta novela es la fecha de cada capítulo. Verifica la Línea de tiempo (índice). Debes mantener claro de qué año estás leyendo para no perderte. --

Najya se levantó de la cama con un terrible remordimiento. Pensó en salir a buscar a Jilde'h y decirle que se había arrepentido. Que por favor le devolviera a su hija, que todo había sido un impulso por el despecho. Pero cuando se miró al espejo, su mundo volvió a la normalidad. El reflejo le estrujaba en la cara su realidad, estaba atada a una tierra y a un pueblo del cual no parecía tener escapatoria. Casada con un hombre al que nunca amó e impulsada por unas costumbres a las que nunca tuvo el tiempo de comprender. Los ojos, custodios de tantas historias vividas, se le hundían cada vez más. Las lágrimas ya parecían haberse secado. No valía la pena llorar, no entendía para qué. Nada se arreglaba si comenzaba un camino que no la llevaría a ningún lugar. Por eso mismo la autocompasión ya no tenía cabida en su vida.

Fue a la cocina, se sirvió una taza de agua, tomó el pedazo de pan como siempre y, sola, se limitó a pensar en lo único que quedaba por hacer... huir. Tenía que desaparecer. No sabía cómo ni cuándo pero tenía que hacerlo. Ya varias veces había pensado lo mismo, pero esta vez era distinto. Le tenía terror a la idea de quedar sola. Saber que su marido, quien seguramente se convertiría en solo un espectro, no sería jamás su felicidad, si es que lograba volver de la guerra con un corazón latiendo. Su hijo, que aun dormía, sin duda seguiría por el mismo camino, por el camino de la costumbre que ya, en esos días a Najya, le venía apestando a podredumbre.

Se levantó de la mesa interrumpiendo su pensamiento. Se paró en el marco de la puerta que daba al dormitorio de Mukhtar y le contempló varios minutos en silencio, solo observando como el único ser humano que le unía con la vida aun dormía. No quiso despertarlo, así que regreso, buscó una silla del comedor, la levantó para no hacer ruido y se sentó a seguir observando el fruto de su matrimonio forzado con Najid. El único fruto. A su mente vino entonces el mismo pensamiento que la asaltaba cuando miraba al niño. Y una vez más, como tantas veces lo había hecho al contemplarlo, su pensamiento voló al pasado y la envolvió en un sueño mientras aún estaba despierta.

-----------recuerdo en sueño---------

Uno de esos días en que Najid se había llevado al niño a los campos de entrenamiento para que viera cómo se preparaban los soldados, Najya salió a toda prisa de su casa. Le había dicho a su esposo que iría al pequeño mercado a las afueras del pueblo para comprar los alimentos que comerían ese día que conmemoraban el cumpleaños de Mukhtar. Cubrió su rostro con el manto como la costumbre lo dictaba y abrió la puerta. Tan pronto puso el primer pie en la calle y pisó el polvo exterior, sabía que comenzaría un camino del cual no habría retorno.

Llegó al mercado y buscó el rostro que conocía de memoria, el de Jilde'h. Cuando lo encontró caminó de espacio hacia donde él. Realmente quería correr pero debía ser cautelosa, las personas siempre estaban atentas a todo en el mercado. Jilde'h había ido a la parte trasera a buscar unos canastos de mercancía. Najya lo vio retirarse del frente pero ya no podía detener el paso. Tuvo que llegar de frente al otro joven que atendía.

- ¿Cómo le ayudo señora?- pregunto él.

Najya permaneció callada. Giro su vista a ambos lados de la tienda rogando ver salir a Jilde'h y que le evitara tener que hablar o presentarse con un extraño. El muchacho increpó nuevamente:

- Perdón señora, ¿le ayudo?

Solo una palabra salió de sus labios en forma de susurro.

- Jilde'h.

- Esta atrás, pero dígame, yo le ayudo. ¿Qué estaba buscando?

Tomo aliento de nuevo, mirando hacia los lados para ver si alguien la observaba. Algún extraño, algún soldado que pudiera reconocerla y decirle a su esposo. No lo pensó dos veces. Había llegado hasta allí con un pensamiento en su mente, y no se iría sin conseguirlo. Se acercó más al joven, lo suficiente como para hablarle en secreto. En ese momento el joven la miró a los ojos y vio el nerviosismo en sus pupilas. Una voz quebró el silencio del momento.

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⏰ Last updated: Sep 09, 2015 ⏰

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Eva No DespiertaWhere stories live. Discover now