Un poco loco

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Hiro llevaba aproximadamente dos semanas siendo acosado por Miguel.

Fue una pésima idea darle su número, ¿Pero él cómo iba a saber que el mexicano le iba a estar mandando mensajes todos los días?

Los mexicanos son demasiado confianzudos

No es que le molestara... Pero si le molestaba.¡Porque Honey no lo dejó pasar!

Cuando Hiro le había contado a la chica que había conocido a Miguel Rivera ¡La mujer casi se muere de un infarto! y todo el tiempo en el que se encontraban haciéndole mejoras a Baymax le pedía (suplicaba) al pelinegro que se lo presentara, cantándole todo el maldito álbum cada que podía. Por si esto fuera poco, el chico también tenía que tranquilizar a baymax cada que esto sucedía "Honey sólo está cantando, no son gritos de dolor..."

A ese paso nunca terminarían el proyecto

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Miguel no era presumido ni nada por el estilo, es más, era alguien sencillo y altruista, respetaba las creencias de las demás personas y ponía mala cara a aquellos que no lo hacían. Un chico con muchas virtudes y pocos defectos según todo aquel que lo conociera, pero si había algo que la gente en repetidas ocasiones contara como tal sería probablemente que el moreno era coqueto. ¡Pero coqueto con "C" mayúscula!

Porque el amor, ay el amor~💘

Su vida misma se basaba en el amor. Amor a su familia, amor a sus amigos, amor a la comida, amor a la música..

Pero no, sin ese tipo de amor romántico.

Había tenido novias, ya estaba demasiado grandesito para no haberlas tenido, pero... Era extraño.
Se sentía cómodo en compañía de la chica con la que estuviese, sentía esa calidez y por supuesto que le gustaba lanzar una que otra mirada, después de todo tenía 17 años y las hormonas de la adolescencia seguían en su máximo esplendor.

Pero no se sentía completo. ¿Cómo podía saber que no estaba enamorado si nunca se había sentido de esa forma hacia alguien?

Cierto, esa parte es cuestionable, pero cuando viajó al mundo de los muertos y vio la sinceridad con la que veía papá Hector a mamá Himelda simplemente sabía que aquello era de verdad.

El nunca había tenido ese destello en la mirada por alguien.

Y mira que lo intentaba. Hasta con chicos llegó a besarse para saber si lo que ocurría era que quizá estaba buscando en el sexo incorrecto.

Pero no.

Nada.

Ya se había resignado a pasarse la vida coqueteando sin llegar a una relación estable, por lo que cuando veía algo que le atrajera simplemente lo aceptaba, claro, lo hacía sin lastimar los sentimientos de nadie. No era del tipo que ilusionaba a las chicas o las usaba para dejarlas luego con el corazón roto, pero le gustaba regalar una que otra sonrisa o palabras bellas que estaban de más.

Pero en esta ocasión el jovencito no se encontraban ese día parado en la entrada del Instituto Politécnico por una chica, no, estaba ahí por su chino bonito.

-Miguel ¿estás seguro de esto?-

-Por supuesto que si Leo-

El mayor suspiró derrotado al saber que no podría cambiar la opinión de su amigo, sacó la lengua, y poniendo una mueca de descontento comenzó a tocar la guitarra, desganado, mientras el otro hacía un sonsonete. 

"Que el cielo no es azul, ay mi amor, ay mi amor.
Que es rojo dices tu, ay mi amor, ay mi amor"

Pronto se hizo un cúmulo de gente en la entrada entre los mirones y las personas que realmente lo conocían.

Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]Where stories live. Discover now