Falling in love with you

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-Jitomate-

-Es tomate rojo-

Aún tras los intentos de Hiro y Miguel, Leo seguía negándose sobre dejarse examinar por baymax. Incluso llegó Honey para ver cómo se encontraban los chicos, estrujando a ambos al darse cuenta de que estaban vivitos y coleando, antes de que lograran convencer al poblano.

Hiro a esas alturas ya estaba verdaderamente preocupado. ¿Qué demonios tendría que hacer para regresar a Miguel y a Leo a la normalidad?

Según su querido amigo blanco la sustancia se había filtrado hasta su sangre. Tendría que hacer algo así como una hemodiálisis si deseaba curarlos, pero aquello era caro y Baymax aseguraba que de cualquier modo la sustancia no era lo suficientemente peligrosa o dañina, lo más probable era que el mismo cuerpo se fuera curando después de un par de semanas, al menos en el caso de Miguel.

Aun así, el científico no sonaba muy convencido y prefería que dejaran de sufrir aquello de una vez por todas; pero, volviendo a la conversación de Miguel con Leo, al primero le daban miedo las agujas y sabía perfectamente en qué consistía una hemodiálisis así que en cuanto el mitad japones propuso la idea el morenazo se negó por completo. Si no iba a durar mucho ¿Por qué preocuparse?

Hiro se quería dar de golpes contra la pared.

Esa mentalidad mexicana de "Si no me estoy muriendo pa'que ir al doctor"

Empezaron una mini discusión al respecto y para despejarse la muchacha colombiana decidió por todos, hacer una salida al mercadito que se ponía cerca de ahí, después de todo ya eran casi las cinco y ninguno había comido nada por haber dormido toda la mañana y parte de la tarde.

Se pusieron en marcha, Miguel pegadito a Hiro como si de chicle se tratase, Leo intentando ponerse en medio de los dos y Honey liderándolos desde en frente para mostrarles el camino, ya que había pasado por ahí de camino al hotel de su amigo. Pero el viaje para hacerse de los materiales, y poder hacer la comida del día se había tornado, de un momento a otro, en una batalla campal de diferencias culturales.

Hiro y Honey por un lado, defendiendo el punto de: "Se llama tomate rojo." Mientras que por el otro lado estaban Leo y Miguel con: "Se llama jitomate."

-¿Que ahora me van a decir que el aguacate se llama "Palta"? no gracias saquece.- dijo Miguel.

Honey frunció el ceño, eso había sido agresión directa. La rubia estaba a punto de arrancarle la garganta con los dientes a los dos chicos cuando el señor vendedor les dijo "Aquí tiene su kilo de jitomate" dándoles irremediablemente la razón a los mexicanos, que como agradecimiento dejaron que se quedara con el cambio, una sonrisa triunfante surcando sus caras.

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Ya se les hacía raro que a esa hora estuviera abierto el mercado, porque solían cerrar entre las dos y tres de la tarde, ver un puesto a las 5:40 aún con cosas era realmente extraño. Pero después de comprar ese kilo de jitomate todo se aclaró. Ese era el único maldito puesto abierto, después de los jitomates ya no pudieron adquirir nada más. Sin embargo, como Miguel esperaba de la Ciudad de México, así como cerraban esos puestos de verdulerías, carnicerías y demás abrían otros cuyo inicio de la palabra se escuchaba más tentador. Taquerías, torterías, y otros ricos alimentos mexicanos como tamales, sopes, quesadillas, elotes, esquites, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendan.

Oh si, pura cosa rica mexicana.

Se habían rendido con eso de buscar especias y alimentos para preparar una comida ellos y decidieron mejor caer ante las delicias que la noche brindaba. Y aunque Hiro había dudado un poco cuando el señor de la taquería le ofreció un taco de ojo, terminó por comerse unos 10 al pastor.

Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]Where stories live. Discover now