Burbujas

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Llevaba casi dos semanas sin ver a Hiro. Habían quedado de verse después, ese día en el estudio, pero luego de que Leo desapareció y el mitad japonés fue secuestrado por uno de sus mejores amigos Miguel simplemente se quedó solo, buscando mil formas de alejarse sin lastimar el ya herido corazón de Hiro. Pero al ver al de tez clara regresar de la plática con Manuel portando un semblante triste todo se fue a la mierda y el mexicano quiso saber que había ocurrido sin importarle el guardar distancia. Abrió la boca dispuesto a decir algo que lo animara pero el extranjero calló cualquier palabra que fuera a pronunciar regalandole una sonrisa acompañada de un asentimiento, una acción que claramente marcaba una despedida.

Interrogó a Chilaquil sobre lo que habían platicado pero este último solo se hacía el occiso, denostando la importancia de la plática.

El único contacto que tenía ahora con el chico era por mensajes, ni una llamada o visita y las palabras que intercambiaban eran escasas, si no es que nulas en ocasiones.

El mexicano se sentía culpable, antes de darse cuenta de que amaba al de tez clara pasaban más tiempo juntos, podía observar esos ojos sin temor a que el otro se diera cuenta que los admiraba demás, revolver sus cabellos y escuchar sus miedos mientras veían los fuegos artificiales.

Era su culpa.

Ninguna canción le advirtió de lo destructivo que podía ser el amor.

-¿Miguel?-

Preguntó Chilaquil al otro lado de la linea para saber si su amigo seguía ahí, el moreno le contestó con un "¿Qué?" seguido de la misma explicación a su comportamiento que el mayor había escuchado desde hacía unos días: "No he podido ver a Hiro". -Mira Miguel ya estoy hasta la madre de ese chino- dijo exasperado el muchacho. -Si no lo has podido ver entonces mueve tu estúpido trasero del sillón, quita "Enamorándonos" y habla con el pinche chino- a ese punto el hombre ya estaba casi gritando. - Y si no lo quieres hacer entonces ya date por vencido con él y hazle caso a Leo- suspiró, tratando de calmarse mientras se sobaba la sien. 

-¿Qué tiene que ver Leo en todo esto?- cuestionó dudoso el músico, provocando que, una vez más, su amigo explotara.

-De verdad que estás pendejo- exclamó Manuel soltando una exhalación de frustración.-No importa, solo decide que harás porque tu indecisión no solo te afecta a ti- el hombre colgó y solo hasta ese momento Miguel se dio cuenta de lo egoísta que estaba siendo. 

Chilaquil, su manager, movía mar y tierra para conseguir patrocinadores, Leo había estado practicando con la guitarra para el concierto, siendo que prefería cantar y él solo se estaba compadeciéndose de sí mismo porque un chico no le hacía caso. 

Patético. Era algo que jamás creyó que le pasaría, deseaba enamorarse, con todo su corazón lo deseaba, pero no creyó que con eso viniera el sufrir por cosas mínimas como el simple hecho de no recibir un mensaje. 

"Tu indecisión no sólo te afecta a ti"

¿Por qué creía que esas palabras no hacían referencia al mismo Chilaquil?

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-Miguel es muy ingenuo- le había dicho. -A veces cree que hace lo correcto aceptando salir con personas que le declaran su amor, aunque no sienta nada por ellas- Hiro escuchaba atentamente las palabras del hombre mientras este caminaba serio, sin la sonrisa que tenía en su rostro cuando lo tomó del brazo y lo alejó del joven mexicano.

-No te voy a mentir, tenía ciertas preferencias, algunas mujeres realmente llamaron su atención, eran muy guapas, otras no lo eran tanto pero tenían una personalidad dulce, las novias perfectas.- Soltó una pequeña risita amarga- Se deprimía mucho cuando lo terminaban- dijo desviando su vista  al suelo.

Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]Where stories live. Discover now