La canción correcta

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Hiro no era mucho de decoraciones. Cuando llegó a México diversas personas le habían dicho que se acercaba el 15 de septiembre, día en el que se celebra la independencia de México. Honey insistía en que decoraran el hotel desde la semana antes del accidente y aunque al mitad japonés le había gustado uno que otro reguilete tricolor que vendían en esa época en cada esquina del centro, jura que el mexicano que adornaba su cama esa mañana no era cosa suya.

Ahogó un grito.

¿Qué acaso Miguel no tenía dónde quedarse o qué pedo?

Hiro frunció el ceño, se sentó y comenzó a pensar en todo lo que iba a decir cuando el moreno despertara.

Lo observó con más detenimiento entonces. 

Su cabello caía sobre sus párpados canela, se veía muy pasible y... Se sonrojó ante el pensamiento, se dio una cachetada por ello. 

Hasta dormido se veía guapo el cabrón.

Sin poder evitarlo, llevado por el pulso de su corazón acercó lentamente su mano hacia el rostro de Miguel, acarició sus mechones traviesos, rosando apenas el cachete regordete del chico. Queriendo alejar su mano igual de lento que cuando la acercó, cuando la del contrario la detuvo, haciendo que el de tez clara diera un respingo.

-Deberíamos besarnos para romper la tensión- dijo Miguel aún con los ojos cerrados sosteniendo la mano de Hiro quien por el susto agarró una almohada y se la estrelló en la cara gritando una grosería en inglés.

-Bueno pero no te enojes...-

Hiro le enseño el dedo de en medio y Miguel lo convirtió en una seña más obscena al hacer un círculo con su dedo índice y pulgar que insertó en el dedo del chico.

El güerito lo mandó a la verga y el mexicano riendo se quedó acostado en la cama ajena, revisando su celular mientras el mitad japonés se incorporaba para meterse a bañar, deteniéndose en seco en la entrada del cuarto de baño, a lado de su habitación.

-¿Te vas a quedar a vivir aquí?-

Definitivamente no quería que el de tez morena lo viera cambiandose.

-¿Me estás corriendo?- dijo el músico, ofendido.

Hiro solo lo miró de lado sin saber muy bien que contestar, ¿Lo ofendía si le decía que efectivamente esa era su intención?

-snoo- dijo después de trastabillar un poco.

Miguel se le quedó viendo con una ceja levantada dudando de sus palabras. -Todavía que te cargué hasta tu cama... Y mira que no estás tan flaquito como parece eh chino.-

Al otro le vino un ligero rubor a las mejillas y comenzó a balbucear cosas que ninguno de los dos entendían. Al final el moreno se paró y jaló a Hiro de la manga.

-Vistete, no te vas a quedar con la misma ropa de ayer porque...- Simuló redoble de tambores con sus dedos, haciéndolos sonar en la cabecera de la cama-¡Te llevaré a conocer mi lindo México! Me enteré por face de que había un festival aquí cerca y van a estar buenas bandas así que apúrate.

-Miguel, es domingo no mames, mañana tengo que ir a la universidad y...-

El mexicano le estaba poniendo cara de perro. El de tez clara estaba intentando resistirse, negaba con la cabeza repitiendo una y otra vez que no irían, pero los ojotes del menor lo seguían persiguiendo.

-¡Ay de acuerdo! Pero primero...- sacando fuerza de quien sabe dónde Hiro empujó a Miguel fuera de su habitación. -Sal de mi cuarto- cerro de un portazo poniéndole seguro a la puerta, por si al pervertido le daba por echar una vistazo.

Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]Where stories live. Discover now