"Hunter esta enfermo"

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Las gotas de lluvia resbalan lentamente por la ventana de mi habitación y por un segundo el clima me hace sentir con desánimo

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Las gotas de lluvia resbalan lentamente por la ventana de mi habitación y por un segundo el clima me hace sentir con desánimo. Es viernes y Denver llueve como si pudiera tener estados emocionales y llorar porque se encuentra triste.

Para empeorar el día Hunter se encuentra enfermo. No pudimos salir pues tenía calentura, le dolía la cabeza y quería estar en cama. Lo comprendí a la perfección. Me había dicho que quería que lo acompañara, le dije que probablemente iría.

—¿Que harás el día de hoy?— Me pregunta mi querido hermano Dylan al momento de poner los pies en la cocina.

—No quedarme en casa— Le digo. —Menos contigo— Lo apunto. Dylan rueda los ojos y le da un sorbo a su leche con chocolate.

—Necesitas una buena follada— Gruñe con amargura en la voz.

—Créeme, si que la recibo— Lo provoco aunque entre broma y broma la verdad se asoma, debo de admitir. No puedo evitar pensar en Hunter. Lo extrañaba tanto que no me cabía el sentimiento en el cuerpo.

Dylan abre los ojos y la boca, sorprendido y antes de que haga un drama, lo callo. —Es un broma, relájate.

—Si, ajá— Dice. Se nota completamente que no me cree ni un poco, pero ya superó esa face de celos de hermano mayor así que se calla y vuelve a beber de su vaso.

Decidí que quería ver a Hunter. Lo visitaría. Ansiaba verlo, ansiaba sus besos, sus caricias, ansiaba con locura estar a su lado. Sentir su calor, escucharlo tan siquiera respirar. Suena tan malditamente cursi pero es que así es como lo siento, así es lo que el provoca en mí.

En el camino a casa de los Lancer, Harry Styles suena en las bocinas de la Jeep de Dylan y mientras el canta sweet creature yo me arreglo un poco. Le compré un caldo de pollo de uno de nuestros restaurantes favoritos, se supone que el caldo de pollo te hace sentir mejor cuando tienes un resfriado.

—Está dormido, pero de seguro te espera con ansias.

Eso es lo que Olive responde cuando me lleva hacia la habitación de mi hermoso novio. Asiento con una sonrisa tímida, la rubia me guiña un ojo.

—Gracias, Olive— Le contesto cuando mis manos tocan la manija de la puerta para entrar finalmente.

La habitación de Hunter es uno de mis lugares preferidos. La decoración es tan simple y masculina, que me trae paz y armonía. Las sabanas negras, las fotos de nosotros sobre las paredes, una foto de mi rostro colocada en su escritorio, el olor excitante a hombre, los libros acomodados en estantes... Simplemente genial.

El color naranja rojizo de las hojas de otoño es visible a través de el ventanal de la habitación. Lucen hermosos los colores, crean un contraste llamativo, uno que te hace querer admirarlas por horas. Me gusta el otoño, mucho.

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