Thomas Hardy es un joven cuya vida no ha sido del todo sencilla. Hijo de un padre alcohólico y una madre enfermiza. Tanto él como su madre se ven orillados a huir de esa vida de maltrato, pero no así de la miseria.
Pese a sus intentos de salir adel...
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Un par de días después de la cirugía, Claire fue dada de alta del hospital. El médico le dio algunas indicaciones que debería seguir y le pidió que guardara reposo. Le pidió también que se presentara a consulta en los próximos cinco días. Tom y Claire agradecieron las atenciones del Doctor O'Brien y abandonaron el lugar. Timothy y Sandra los estaban esperando afuera de la clínica.
-¡Claire! – gritó Sandy y corrió a su encuentro para tomarla de la mano y ayudarla a subir al auto.
Tommy subió al sitio del copiloto y se pusieron en marcha. Durante el trayecto, Claire les explicó los cuidados que debía tener y que aún faltaba tiempo para que le fueran retirados los parches que cubrían sus ojos.
-¿Entonces hasta cuando podrás ver? – preguntó Timothy
-¡Ay Timmy! – exclamó Sandy – No vayas a creer que es como en las películas o las telenovelas.
-Sandy tiene razón – intervino Claire – El proceso es lento, en un principio podré ver un poco borroso. Pero poco a poco las imágenes se harán más claras. Aunque a pesar de ello, tendré que usar anteojos para evitar el astigmatismo.
-Bueno, eso es lo de menos – dijo Tim – Lo importante es que puedas ver otra vez, aunque sea usando lentes.
-¿Te quitarán los vendajes antes de la pelea de Tommy? – preguntó Sandy y la tomó de la mano – Sería genial que pudieras verlo en acción.
-¡No lo sé! – respondió Claire – Pero sería maravilloso.
-¿Por qué tan callado, Tom? – exclamó Tim - ¿Qué es lo que pasa por tu cabeza?
Thomas se había mantenido en silencio, su cabeza era una maraña de pensamientos. Pero lo que no podía sacar de su mente era la amenaza de Ron. Debía cuidar muy bien de Claire y alejarla de ese hombre. No deseaba que se propasara con ella o la usara sólo para hundirlo a él. Claire no merecía que alguien la tratara de una manera tan vil.
-No pasa nada – respondió Tom rascándose la barbilla – Sólo que el día de la pelea está más cerca y se apoderan de mi los nervios.
-Tranquilo mi amor – añadió Claire – Tengo fe en que vas a ganar.
El auto de Timmy se detuvo frente a la casa de Claire. Los chicos se despidieron y prometieron regresar por la noche. Tom tomó de la mano a la chica y juntos entraron en la vivienda. Claire se sentó en un sillón de la sala y Tommy pasó a la cocina para servir un par de vasos de limonada.
-¿Tienes hambre, cielo? – preguntó el chico colocando un vaso en las manos de Claire - ¿O prefieres ir a recostarte?
-Me gustaría comer un poco de ramen y algo de sushi – dijo la chica y suspiró.
-Entonces llamaré a un restaurante japonés para que nos traigan algo de comer – respondió Tom y tomó el teléfono para hacer su pedido.
Claire recargó la cabeza en el respaldo del sofá y colocó sus manos en su vientre. Estaba muy cansada pero tenía hambre. Esperaría a que la comida llegara para después ir a dormir. Le pediría a Tommy que le leyera un poco o le pusiera algo de música.
