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Dean abrió los ojos lentamente, podía sentir como su cabeza palpitaba dolorosamente.

Se sentó en la cama y se frotó la parte posterior de cabeza, tratando de aliviar el dolor. Dean se sorprendió cuando su mano se sintió ligeramente pegajosa. Puso su mano frente a su cara y se dio con la sorpresa de que sangre manchaba en sus dedos. ¿Qué demonios había pasado?

Lo último que recordaba era arrodillarse junto al extraño y pasarle una mano por el cabello.

Dean sonrió cariñosamente mientras miraba fijamente la cara del hombre y acariciaba el negro cabello, hipnotizado por los ojos increíblemente azules del hombre.

La escena era muy clara, pero Dean no recordaba haberlo hecho, tal vez había sido un sueño que había tenido. El extraño en el callejón se parecía mucho al hombre en las fantasías de Dean, así que tal vez su cerebro los relacionaba de alguna forma. Todos esos flashes podrían haber sido su imaginación hiperactiva que colocaba la cara del hombre guapo sobre la de su amante misterioso.

La puerta se abrió abruptamente y Azazel entró corriendo, sosteniendo dos maletas en sus manos. Le arrojó una a Dean, que apenas logró atraparla antes de que cayera al suelo –Empaca toda tu mierda, rápido-

-¿Qué...?-

Azazel dejó de arrojar su ropa en su propia maleta y se acercó a donde Dean todavía estaba sentado en la cama. Dean se inclinó hacia atrás, un reflejo casi automático –Dije. EMPACA TODA TU MIERDA. ¡AHORA!-

-No-

-No hasta que tenga algún tipo de explicación, por esto... por el callejón... por la sangre en mi cabeza- pensó.

El golpe que debería haber recibido en el callejón aterrizó en la mejilla de Dean, sacudiendo su cabeza hacia un lado con tanta fuerza que Dean temió poder desmayarse en ese momento. Confirmó su sospecha de que tenía una conmoción cerebral por la lesión anterior, sin embargo, ¡Dios! , ¿Azazel realmente lo había golpeado tan fuerte solo para llevarlo a casa?

¿Por qué estaba Azazel tan asustado de ese tipo?

¿Era por qué era alguien peligroso? ¿Un rival en el negocio? ¿Un enemigo?

-Azazel...-

-Dean, realmente no quieres enojarme ahora- La amenaza era obvia en la voz del hombre, pero había algo en Dean, gritándole, que no debía ir con Azazel. Que no debía salir de la casa, no hasta que...

Cuando Dean no hizo ningún movimiento para alistar su maleta, Azazel suspiró y se acercó a su lado -Te lo dije, pero nunca escuchas- Azazel agarró las muñecas de Dean y sacó las esposas de su bolsillo. Dean luchó e intentó apartar sus manos.

-¡No! ¡No! ¡Para! ¡Déjame ir!- No las esposas, no otra vez. Dean se sentía débil y rápidamente el miedo inundo su cuerpo, Azazel tenía la clara ventaja de estar parado sobre él. Luego el metal se cerró alrededor de las muñecas de Dean y el miedo se duplicó.

Azazel estaba prácticamente arrastrándolo por el suelo hasta la puerta de la casa, la madera raspando la piel de sus rodillas. Sin mucho cuidado Azazel lo tiró al asiento trasero de su jaguar negro, antes de cerrar todas las puertas y desaparecer de nuevo en la casa, dejando a Dean atrapado dentro del auto.

Media hora más tarde, Azazel estaba en el asiento delantero hablando por celular.

-Sí, necesito tu trasero aquí, esto es por lo que te pago-... -Voy a necesitar ayuda con el pequeño problema del que te hablé-...-Sí, lo sé, no puedo creer en realidad sucedió-...- Sí, vale la pena-...- Es una orden. Ahora baja tu trasero aquí- Azazel arrojó el teléfono al asiento delantero y puso en marcha el automóvil. Empezó a retroceder, pero luego el auto se detuvo.

No me olvides... | DestielWhere stories live. Discover now