XIII

1.5K 186 73
                                    

Dean abrió la puerta de la cabina y se precipitó a un callejón justo a tiempo para esconderse de la gente que salía de la estación del Sheriff. Eran Azazel, uno de sus matones, el Sheriff y su ayudante -Es mi marido y no está bien- Azazel metió algo en la palma de la mano del Sheriff, sin duda un fajo de billetes; eso no sería demasiado sorprendente del Azazel-Realmente apreciaría que no le hubieras contado esto a nadie, no quiero que salga, ya sabes. Solo lo llevaré a casa. Él estará bien tan pronto como regrese conmigo-

Dean casi resopló desde su escondite, bien y un cuerno. A Azazel claramente no le gustaba trabajar con las autoridades, por lo que Dean estaba seguro de que no se libraría a la ligera si era capturado.

Azazel y su hombre se dirigieron en una dirección y el sheriff y su ayudante por la otra. Dean retrocedió más hacia la seguridad de las sombras, buscando un lugar mejor para cubrirse mientras esperaba que Castiel lo encontrara.

Dean encontró una antigua mansión que definitivamente parecía haber visto mejores días, un letrero en el exterior indicaba que era un museo de historia local. El museo cumplió perfectamente el propósito de Dean ya que la ventana inferior estaba ligeramente agrietada. Dean empujó el vidrio débil, esperando hacer el menor ruido posible mientras se rompía bajo la fuerza. Dean entró por la ventana, siseando mientras se cortaba la mano en el proceso. Era un pequeño precio a pagar si encontraba un lugar seguro dentro.

Dean subió rápidamente las escaleras al segundo piso y entró a una de las habitaciones más grandes. Dentro había una extraña variedad de artículos, una extraña mesa muy vieja, un carro viejo, algunos jarrones, pero lo que realmente llamó la atención de Dean fue un viejo armario de madera que estaba en el otro extremo de la habitación.

Dean se metió en el armario y cerró la puerta en silencio. Se dejó caer al suelo y apoyó la cabeza sobre las rodillas, escuchando atentamente si había algún sonido afuera.

Dean no sabía cuánto tiempo se había sentado allí, pero cuando escuchó un crujido al otro lado de las puertas, levantó la cabeza y descubrió que tenía el cuello rígido y un poco dolorido. Un lago tiempo seguro. ¿Tal vez se había quedado dormido? Se quedó absolutamente quieto, sin respirar siquiera, inseguro de si en la habitación se encontraba un amigo o un enemigo.

Dean obtuvo su respuesta cuando la puerta se abrió y vio a Azazel mirando directamente hacia él, con una sonrisa -Hola, cariño, ahora... ¿Qué voy a hacer contigo? - El tono era burlón, pero Dean podía escuchar la ira que envolvía las palabras. Él retrocedió ...no, no... Castiel lo estaba buscando, estaban destinados a encontrarse. Dean solo tenía que esperar y Castiel vendría, él lo prometió.

Azazel sacó un largo cuchillo de su cinturón y lo puso contra su garganta, mientras Dean se encogía contra la pared del armario, tratando de alejarse de la punta -Ahora... basta de todo esto. He tenido un día realmente largo... Maldición, ¡nos vamos a casa! -

-Quizás debas bajar el cuchillo, Azazel- Azazel giró rápidamente y los ojos de Dean cruzaron la habitación. Castiel estaba parado en el centro de la habitación, su arma apuntando a Azazel y sus ojos tan duros como el acero. Dean no creía haber visto algo más sexy en su vida, Castiel parecía un ángel vengador - Te puedo garantizar que tengo una excelente puntería- El arma hizo clic en énfasis.

Azazel sonrió, pero dejó caer el cuchillo al suelo y levantó las manos en señal de rendición -No me matarás, Novak, eres uno de los "buenos"- Azazel incluso hizo comillas con sus dedos, el maldito.

Dean vio la sonrisa de Azazel vacilar cuando una pequeña sonrisa creció en la cara de Castiel, a pesar de que sus ojos se mantuvieron fríos -Tienes razón, no lo haré. Pero te sorprendería saber que fácil puedo hacer de tu vida un infierno-

No me olvides... | DestielWhere stories live. Discover now