XII

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Azazel dejó las esposas en las muñecas de Dean mientras lo empujaba sobre la suave cama, sabiendo que eran las únicas cosas que impedían a Dean moverse y atacar al hombre. Después de días de estar y dormir sobre concreto duro, la cama debería haber sido un cambio agradable... pero no lo fue. Dean retrocedió e intentó bajarse de la cama. El golpe hizo que Dean volteara la mejilla -Dean. ¡Para!. O te amarraré y dejaré que un par de mis amigos, allá afuera, también se diviertan- Azazel gruñó.

Dean se relajó al instante, no habría mucho que pudiera hacer para defenderse si Azazel decidía esposarlo a la cama. Debido a que no había comido bien en mucho tiempo, todo cuerpo se sentía débil. Cerró los ojos e intentó alejarse del momento. Dean deliberadamente no pensó en Castiel, como lo hizo todos esos otros momentos, incluso si no lo hubiera sabido entonces; él no iba a manchar a Castiel con nada de esto. Este era el dolor de Dean, su castigo por ser tan estúpido. Castiel era puro y perfecto y nada de lo que sucedió en esta habitación lo tocaría.

-Eso es, cariño. Muéstrate a tu dueño- Dean gruñó antes de poder detenerse, su refugio seguro se desmoronaba ante el sonido de la voz del otro hombre. Apretó sus manos en puños; este hombre no era nada suyo, no era su dueño en absoluto. Sin embargo, Dean mantuvo la boca cerrada, esperando terminar con esto lo antes posible. Pero no pudo evitar la instintiva vacilación cuando Azazel pasó sus manos por los costados de Dean y por su abdomen; suaves toques, obviamente tratando de desequilibrar a Dean.

Dean gritó y sus ojos se abrieron de golpe cuando sintió un dedo resbaladizo en su entrada. Sintió que las lágrimas inundaban sus ojos; era mucho peor de lo que había pensado que sería. Era mucho peor que antes porque, a pesar de que quizás no lo hubiera querido entonces, ahora sentía que en realidad estaba engañando a su pareja. Su mente gritó de horror y disgusto por lo que estaba permitiendo que sucediera; todo su ser clamaba por Castiel y no el impostor encima de él. Justo cuando el tercer dedo resbaladizo se deslizó dentro de él, la puerta se abrió de golpe.

-Jefe, eres necesario...-

-Estoy malditamente ocupado- gritó Azazel, su enfoque aun completamente en Dean. Mientras tanto Dean intentaba mantenerse quieto bajo las manos de Azazel.

-Lo sé, señor, pero... es realmente importante, hay un problema con el envío... el FBI...- El hombre balbuceaba un poco, claramente Dean no era el único que le tenía miedo a Azazel.

-¡Mierda! ¿No pueden ustedes idiotas hacer algo bien? Azazel resopló, pero, afortunadamente, retiró los dedos y se inclinó para besar los labios de Dean -Vuelvo pronto cariño- Dean exhaló un suspiro de alivio cuando Azazel se bajó de la cama -Cuídalo- Azazel ordenó al guardia y lo empujó, pero Dean no se perdió la forma en que los ojos del otro hombre parpadearon sobre su cuerpo, por solo un momento, antes de que el guardia apretara su mandíbula y mirara hacia otro lado.

Dean podría trabajar con eso. Dean se limpió la cara con la almohada, quitándose las lágrimas que corrían por sus mejillas, y luego se apoyó en la cama. Esperaba que estuviera adoptando una pose seductora; nunca antes había tenido que hacer eso, Castiel siempre había sabido lo que quería y simplemente lo había tomado, así que Dean no tuvo que seducirlo en absoluto. Obviamente tuvo algún tipo de efecto porque el guardia se acercó a la ventana, poniendo la mayor distancia posible entre él y Dean.

Dean dejó caer su cabeza hacia atrás y gimió ruidosamente, dejando que sus caderas se levantaran ligeramente de la cama. Apartó su vergüenza a un lado mientras mostraba su desnudes a pesar de sus sentimientos adversos sobre toda la situación. El hombre se volvió hacia él, con el labio inferior atrapado entre sus dientes y la indecisión escrita en toda su cara. Este era el momento, Dean podría tenerlo aquí.

No me olvides... | DestielWhere stories live. Discover now