LA NIÑA DE MIS OJOS| ERICK BRIAN COLÓN| CNCO. [PAUSADA]

C07: Lágrimas y conciertos.

Maratón B-Day

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Addison acató las órdenes de su hermano, corrió lo más rápido que pudo si tropezarse con las cosas que se encontraban a su alrededor. Sus manos temblaban pues a su madre le había sucedido algo muy raro, su respiración se estaba volviendo artificial, llamó al número de emergencia y ordenó una ambulancia. Se dirigió hasta la habitación y se encontró con su hermana menor quién estaba dormida, se acercó a ella y comenzó a moverla para que se despertara.

—Addi... Déjame dormir... —Se quejó la niña

— ¡Haley, mamá se desmayó! Levántate porque hay que llevarla al hospital y no te puedes quedar sola —Dijo Addison mientras levantaba a la niña de la cama.

— ¿A mamá? —Cuestionó la pequeña.

—Sí, tenemos que ir al hospital...

Unos minutos después, la ambulancia llegó y los enfermeros colocaron a la madre de Addison, Joel y Haley en una camilla con una máscara de oxígeno. Aún estaba inconsciente lo que provocaba que sus hijos no pasaran un buen rato, estaban tan preocupados por su madre que ni siquiera podían pensar en otra cosa a menos en lo que sucedería después.

Entraron por la sala de emergencia del hospital más cercano y quería ir con la mujer que les dio la vida pero una mujer con una bata blanca se los impidió— Tranquilos, nosotros cuidaremos de ella... —Dijo antes de marcharse.

La pequeña Haley comenzó a derramar lágrimas ya que estaba tan preocupada y asustada como lo estaban Addison y Joel. Los tres se sentaron en unas sillas en la sala de espera esperando a que una buena noticia surgiera. Addison apoyó su cabeza en el hombro de su hermano mientras que rodeaba con su brazo derecho a Haley, soltó un suspiro y se limpió una lágrima que bajaba por su mejilla, cerró sus ojos para calmarse un poco y Joel la miró unos segundos y besó la cabeza de la chica.

—Todo va a estar bien, Addi... Todo... Va a estar bien —Murmuró Joel.

Ella no respondió, simplemente se quedó callada. Pasaron las horas y nadie daba noticias de la madre de esos chicos, el tiempo pasaba y parecía una eternidad hasta que una mujer vestida de azul se posó en frente de ellos y los miró fijamente mientras sostenía una libreta en sus manos.

— ¿Ustedes son los hijos de Maddeline Pimentel? —Preguntó la mujer mirándolos fijamente.

—Sí, somos sus hijos... ¿Cómo está ella? —Respondió Addison.

—La ingresaron a cirugía, se les realizaron unas tomografías del cerebro y se le encontró una masa indefinida que está obstruyendo algunas estructuras críticas —Explicó.

Ninguno de ellos sabía con exactitud lo que esa mujer trataba de decir pero de seguro no era nada bueno. Joel negó un poco con la cabeza y respiración se tornó rápida— ¿Cómo que una masa? ¿Un... Un tumor? —Preguntó Joel con voz entrecortada.