«Boss: Obsession» Remake.

XVII

El castaño se quedó en su lugar sin moverse cuando Natasha comenzaba a saludar a las personas en su oficina con una gran sonrisa.

—¡Debieron avisarme así me preparaba mejor!— exclama con una gran sonrisa cuando salía de los brazos de su padre.

—Queríamos sorprenderte— habla la pelirroja mayor, su madre, achicando los ojos por su enorme sonrisa.

—Pues sí que lo hicieron.

Pero no fue hasta que la puerta se abre otra vez que las cosas toman un giro inesperado.

—¡Mami!— grita una niña entrando junto a Wanda con una servilleta de papel en las manos.

—¡Chloe, cariño!— Natasha se pone de cuclillas y abraza con fuerza a la pequeña, que comenzaba a darle besos en las mejillas.

Y Steve abrió los ojos hasta más no poder. "Esto no lo decía en Wikipedia", piensa de inmediato.

Pero era extraño. Ella nunca le había hablado de una pasada relación, y cuando decidió stalke...-buscar más información sobre su jefa, no decía que había tenido una hija, mucho menos un embarazo.

La pequeña era rubia, unos grandes azules ojos reluciendo con ternura al ver a la pelirroja, y esto ciertamente le enterneció el corazón, y también le confundió la mente.

—Cielos, lo siento tanto Rogers— carraspea aún sonriendo cuando llega a su lado—. Estos son mis padres, Nancy y Henri— los señala y él, aún en trance, se acerca a darles la mano—. Este es Clint, es un muy buen amigo mío.

¿Muy buen amigo era un eufemismo de 'nos hemos acostado juntos varias veces y la pequeña rubia es realmente nuestra hija'?

El hombre de ojos verdes se acerca con entusiasmo al castaño y le da un fuerte apretón de manos.

—Conque tú eres Steve— dice achicando los ojos, dando un aura de terror, exactamente lo que sintió él en ese momento.

—Justamente— llega a responder cuando escucha la voz de Natasha otra vez.

—Y esta linda pequeña es Chloe, la hija de Clint— la niña hace un ademán de saludo cuando se encontraba en los brazos de su padre, y Steve no puede contener una sonrisa.

—Hemos escuchado tanto de ti, Steve— habla el padre de la pelirroja con un fuerte acento.

—папа— carraspea al hombre en ruso, sus mejillas tornando levemente rosadas.

—Bueno, eso no me lo esperaba— ríe con nerviosismo, en verdad no sabiendo como actuar en ese momento.

Su jefa, la mujer mas hermosa que había conocido, la persona más interesante del mundo a sus ojos, la cual le había dado un beso esa mañana y que había mentido frente a toda su empresa para salvarle de la locura hablaba con sus padres sobre él. Eso sí que era interesante.

—Me agradaría decir que sé algo de ustedes— sale de su boca gracias a los nervios que ahora nublaban su mirada, y supo que no debió cuando Natasha tose con vergüenza, sus mejillas ahora rojas.

—¿Es que aún no se dan cuenta?— apunta la mayor, su esposo poniendo las manos en los bolsillos de su pantalón de vestir-que se veía muy costoso- mientras sonríe casi en burla.

La pelirroja y su trabajador cruzan miradas, luego enfocándose en Wanda que veía con diversión la escena.

—¿Por qué presiento que Wanda tiene que ver con lo que sea que esté pasando ahora?— pregunta ella con suspicacia.