Under Lock and Key. (Español)

Capítulo 3: Sesión de Fotos

El sonido que escapó de los labios de Marinette Dupain-Cheng al despertar acurrucada sobre el pecho de Adrien Agreste la mañana siguiente, era, hasta ese momento, totalmente desconocido al oído humano.

Lamentablemente, no era la llamada para despertar más desagradable que Adrien había recibido (Intenta con, la asistente de tu padre levantándote a las tres de la mañana mientras estas totalmente desnudo, con noticias sobre una sesión de fotos donde tendrás que vestirte de panda. En Agosto.)

Sin embargo, despertando junto al cálido, suave y chirriante cuerpo de Marinette acurrucado sin esfuerzo contra su pecho, estuvo clasificado en su ranking de sus cinco llamadas a despertar favoritas de todos los tiempos. Ella estaba ovillada contra él, sus ojos de alguna manera, luciendo suaves y atentos, a pesar del terrible ruido que acababa de escapar de sus labios.

Instantáneamente, Marinette puso ambas manos en su boca horrorizada, ignorando como la mano de Adrien le golpeo en la cara en el proceso mientras chillaba sin elegancia, "Oh Dios mío, lo siento tanto¡"

Riendo cordialmente, Adrien respondió. "No hay problema, Mari. Aunque creo podría haber quedado sordo."

"OH DIOS, LO SIENTO TANTO, tu padre va a odiarme y nunca podré trabajar en la moda y-"

"Mari," Adrien cortó su divagación, "Solo estoy bromeando, nadie quedará sordo, nadie va a odiarte y aún es demasiado temprano. Puedes dormir un poco más, luego nos levantaremos, vestiremos y tendremos un agradable desayuno con tus padres antes de ir a mi sesión de fotos."

Ni siquiera la improvisada almohada (comúnmente conocida como el pecho de Adrien) pudo enmudecer el lloriqueo lastimoso que soltó Marinette luego de oír el amigable ataque, provocando la fuerte risa de Adrien.

Gimiendo, Marinette se hundió lo más posible en el diván, sonrojándose profusamente.

"Adrien, es demasiado pronto para esto. En realidad, toda esta vida va demasiado pronto para esto. Sólo volveré a dormir por unos años más, ¿de acuerdo? "

El soltó una risa entre dientes, totalmente a la espera de que ella reanude su enloquecimiento. Sin embargo, haberse levantado demasiado temprano, junto con la emoción del día anterior, rápidamente la devolvió, a pesar de sus mejores intenciones para mantenerse despierta, a un pacífico sueño contra su pecho, hasta que finalmente, una hora más tarde, sonó la alarma. Adrien, que había pasado ese tiempo deleitándose en la cálida intimidad de su habitación, rió suavemente al escuchar su gemido de reconocimiento.

Luego de un poco de persuasión de su parte, eventualmente logró sacarla del del diván para hacer el arriesgado viaje por las escaleras.

Al ver a los jóvenes, Sabine sonrio calidamente. "Buen Día rayos de sol? Durmieron bien?"

"Algunos músculos doloridos por la extraña posición de nuestros brazos, pero intactos", respondió Adrien mientras él y Marinette se sentaban, la última apenas podía poner un pie delante del otro.

"Oh, por cierto, hijo", dijo su madre. "La asistente de tu padre llamó mas temprano para preguntar si necesitabas algo para prepararte para el día. Le hice saber que tu y Marinette podían perfectamente manejar el tema de la ropa, y que Tom y yo estábamos más que dispuesto a proporcionarte cualquier otra cosa que necesitaras ", dijo Sabine con total naturalidad mientras colocaba un plato lleno frente a Adrien.

El jadeó, mirando a la madre de Marinette incrédulamente. "¿Cómo sabía que Mari y yo habíamos solucionado el problema de vestirnos?"

Sabine sonrió, dándole la espalda al joven para preparar otro plato para su hija. "Conozco a mi hija, Adrien. Es una costurera talentosa y la más ingeniosa jovencita que he visto en mi vida ".

"Mama, deja de molestar a Adrien", dijo Marinette, con la voz amortiguada por tener la cara escondida entre sus brazos cruzados sobre el mostrador. "Y por favor deja de hablar como si no estuviera aquí. Puedo estar dormida, pero no muerta ".

Tirando suavemente de su mano para sacarla de debajo de su frente y liberar la suya, Adrien le dio un codazo juguetón. "Hey, Bella Durmiente, llegaremos tarde si no te das prisa y comes".

Refunfuñando, Marinette disparó su mano libre hacia adelante, provocando que su cabeza se golpeara contra el mostrador con un ruido sordo. Cucharadas de desayuno viajaban constantemente desde su plato a lo que él suponía era su boca, cubierta por una cortina de pelo negro.