Rivales (Minayeon)

Capitulo 50

~Actualidad~

Nayeon estaba en un gran aprieto. Vaya que sí, sentía la necesidad de quedarse dormida una eternidad y huir de la realidad. ¿Qué le sucedía? Lo mismo de siempre. Era muy obvio: Myoui Mina. La chica más irritante, tierna y lenta del mundo. Todos en el instituto pensaban que Nayeon la odiaba, antes era así o al menos eso creía ella, ahora no estaba tan segura.  

Según Tzuyu, su mejor amiga había descubierto lo que le sucedía por andar de chismosa en su diario, decía que era una confusión. Nayeon debería quemar ese jodido cuaderno, tal vez. Una confusión, se repetía ella, le repetía su amiga, le decía incluso internet. 

Por qué si, Nayeon había buscado en Google, incluso en Yahoo respuestas, como saber si estabas enamorada de una chica cuando también eras una.  

¿Útil? La verdad, no. Decía lo mismo que esperaba ella, que seguramente era una confusión hormonal común a su edad. Nayeon al principio se lo creía, pero ella no era tonta. Iba más de una atracción física. La forma de pensar de Mina, con las pocas veces que habían compartido ideas en la biblioteca, sus increíbles notas en Biología, o con solo ver los libros que leía, le parecía maravillosa.  

Como la japonesa era tan amable con todos, trataba con cariño y afecto a sus amigas, le hacía sentirse enternecida. También lo lenta y adorable que parecía algunas veces cuando no comprendía Inglés, era mucho que soportar para la castaña (y para todos los Once)  

Además, Mina dibujaba espectacular. Captando el arte en un objeto simple o creando dibujos que cualquier otro nunca pensaría. ¿Cómo lo sabía?  La japonesa de vez en cuando dibujaba en la biblioteca, algunas veces parecía tan absorta que podía acercarse con sigilo y observar el dibujo a sus espaldas. Sobra decir que el arte de Mina atrapó a Nayeon. Incluso cuando le peleaba era astuta, siempre sabía con qué responderle para molestarla y salirse con la suya.   Después estaban sus ojos. Joder, sus ojos. Le quitaban el sueño a Nayeon dejándola perdida en su oscura galaxia, decorado por unos lindos lunares que para ella eran unas benditas y hermosas estrellas. Siempre sentía ganas de solamente verla durante horas, su cabello, su nariz, sus cejas. Mina era perfecta.  

Oh, claro que Nayeon no era idiota. Ella sabía que esto era más que una confusión, mucho más. Querer besar a alguien sólo por encontrarla tierna, sin sentir algún deseo sexual, o darle abrazos todo el día no era normal. Nayeon ya lo sospechaba, llevaba tiempo desde que tuvo una conversación con su madre. Pero no quería aceptarlo, y ahora que pensaba en la posibilidad, sentía miedo hasta la médula.  

Posiblemente, tal vez, Nayeon gustara de Mina. Y puede que un indicio, uno muy pequeño, de enamoramiento hacia la ojiverde. Aunque no estaba del todo segura, creía. Obviamente no pensaba decírselo a Tzuyu aún, esta sufriría un ataque cardiaco y Nayeon no estaba segura de que tuviera seguro médico. 

¿Qué has echo, Im? En qué momento, no podías fijarte en el repartidor de pizzas sexy y moreno ¿verdad?  

O sea ¡Era el lote completo! Hermoso, alto y amaba la pizza. El chico soñado. Pero nooooo. Debía fijarse en una chica ¡Vaya royo! Y además, una chica que la detestaba.  Maldecía el día en que cruzó palabras con la perfección que conformaba Myoui Mina. También maldecía el día en que se interesó en conocerla quedándose en la biblioteca, pensando que así la superaría, tuvo el efecto contrario y terminó enamorándose. 

-¿Todo bien?-Dahyun, una de sus amigas, la sacudió en el pasillo.  

Nayeon había estado observando a la nada, pensando en su desgracia de vida. Ella estaba con Ally y la chica de piel blanca, acompañando a la de ojos grandes mientras recogía sus libros.