«primera vez»

1.5K 75 4
                                    

.

.

.

Richard Camacho, es el Opekun de la mafia rusa más importante del mundo, la Bratva. Él se convertirá en Pakhan cuando su padre muera y le herede el negocio. Siendo en heredero de semejante imperio, su padre se quiere asegurar que su hijo es suficientemente hombre, en todos los sentidos, para liderar la organización. Su padre mandó a traer las mujeres más hermosas de toda Rusia y sus alrededores para asegurarse que su hijo se diera el más grande gusto de su vida.

—Por aquí señor. —uno de los guardaespaldas los lleva a la habitación en donde están todas las mujeres.

Al abrir la puerta se encuentra con muchas mujeres comiéndose con la mirada al Opekun, las madres de muchas de ellas las han aconsejado que atrapen a una de las personas más importantes de la organización para que así ya no tenga que preocuparse por nada para el resto de sus vidas. Sus ojos negros pasean por toda la habitación, tratando que alguna de ellas le llame la atención, suspira cansado al ver que todas son iguales. Todas están haciendo poses sensuales, desnudándolo con la mirada y hasta dejan todos sus cuerpos al descubierto. Richard niega con la cabeza y sigue caminando junto a su padre hasta que se encuentra con una castaña que le sonríe tímidamente.

—Hola. —Richard le da una sonrisa de lado, dejándola más embobada.

—Hola señor. —la castaña lo saluda respetuosamente.

—Ven aquí. —le extiende su mano para que la tome.

Todas las mujeres se le quedan viendo de mala manera, ninguna de ella pensó que el Opekun elegiría a la mujer menos seductora del lugar. Salen de la habitación y camina a una habitación de la primera planta, obviamente el Pakhan no dejaría que pasara en la habitación del Opekun, ya que solo es algo de dejar de ser virgen y ya. Richard abre la puerta y la deja pasar, cerrando la puerta con llave detrás de ellos.

—Yo también estoy nervioso. —se muerde el labio inferior y ella sonríe.

—No, no es eso. —niega con la cabeza.

—Está bien, conmigo no tienes que fingir. —le acaricia el hombro, quitando el camisón de seda que trae puesto. —¿puedo? —

Ella solo asiente, cerrando los ojos. Con cuidado, el moreno quita el camisón lentamente, dejándola solo en ropa interior. Besa su piel delicadamente, inhalando su olor, queriendo dejar marcas en ella. Sube por todo su hombro hasta llegar a su cuello, lame, succiona y besa el punto dulce detrás de su oreja. Deja caer el camisón en el piso, recorriendo su cuerpo con las manos. Llega al elástico de sus bragas y juega con el sin dejar de besarla. En unos movimientos ligeros ella queda solo en sostén enfrente de él.

—Ven aquí. —Richard la toma del brazo, jalándola para la cama.

La acomoda, dejándose caer encima de ella. El material de su vestuario se siente latente contra su piel desnuda. Toma sus labios entre los de él, haciendo que abra la boca para poder meter su lengua. La besa por unos segundos mientras ella desabotona su camisa de vestir. Su padre le había dicho que no era necesario, que solo se podía bajar el cierre del pantalón y listo. Pero él no lo quería así, o por lo menos no después que vio a esta hermosa mujer. Se deja quitar la camisa y sus dedos viajan por todo el cuerpo tonificado del Opekun. Sus dedos recorren y trazan cada uno de sus cuadritos hasta llegar al borde de su pantalón. Juega con la hebilla del cinturón, mordiéndose el labio inferior.

De un movimiento rápido él se queda desnudo enfrente de ella. Le abre las piernas para acomodarse entre medio, su erecto miembro hace contacto con su vulva, haciéndola retorcerse de placer contra las almohadas. Se estira a la mesita de noche al lado de la cama para tomar un condón. Ella le acomoda el condón mientras el masajea sus senos a través del sostén. Él comienza a entrar en ella mientras se deshace del sostén. Ella pone sus manos en sus caderas, apretando la erección que se abre paso en ella.

—Oh. —jadea, moviendo sus caderas en círculos.

El Opekun toma eso como señal para moverse, embiste sus caderas contra su feminidad dándole placer. La castaña lo atrae más a ella, queriendo arañarle la espalda, pero no sabe si está permitido hacer eso. El moreno le sonríe en el beso, mordiendo su labio inferior otra vez. Ella toma eso como permiso y traza cada músculo de su espalda con las yemas de sus dedos. Cuando Richard golpea su punto rico más fuerte, ella se aferra a su espalda, clavándole las uñas.

—Oh sí. —se mueve contra las embestidas para que él pueda llegar más profundo.

La castaña abre más las piernas para darle más acceso, para que él se mueva más rápido. Unas cuantas embestidas más fueron suficiente para que ella apreté su erección aún más y se corra como nunca antes. El moreno la admira, acariciándole el rostro. Ella toma sus labios en un beso acalorado, un beso de lengua contra lengua y cuando ella lame la parte de debajo de esta, hace que su orgasmo explote. El Opekun se corre en el condón mientras la sigue embistiendo a través de su orgasmo.

Richard se acuesta al lado de la castaña, dejándose caer en las almohadas. Ella se levanta de la cama para recoger sus cosas, pero antes de que pueda salir de la puerta la voz del Opakun la detiene.

—Espero verte pronto. —le guiñe un ojo.

La castaña sale con una sonrisa de la habitación.











••••••

Denle mucho amor 🙏🏼♥️

Ash ◟̽◞̽

09/22/2018

𝖔𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘  • 𝕽𝖎𝖈𝖍𝖆𝖗𝖉 𝕮𝖆𝖒𝖆𝖈𝖍𝖔 •Where stories live. Discover now