Capítulo XII

18 5 2
                                    

Pov Damien

—¿Dónde está tu calculadora?.— Me pregunta Verónica. Estoy acostado hablando con Jorge por teléfono en el sofá de la sala y ellas están haciendo tareas de la escuela en el comedor.

La miro extrañado de que me pregunte por mi calculadora, pero le resto importancia al asunto. Le señalo mi mochila que reposa en la puerta de la entrada. Verónica asiente conformé y se retira de mi vista.

—No pude asistir hoy, mamá tuvo un problema con un distribuidor y tuve que ir con ella a comprar las cosas que necesitaba para el restaurant.—Dice Jorge del otro lado de teléfono.—¿Qué tal te fue?.

—Pues, falte a la primera clase.—Respondo en voz baja para que mamá no escuche.—Tuve que llevar a la gemelas a clase.

—¿Ustedes no tienen chófer?.—Pregunta Jorge asombrado.

—No, no tenemos.—Respondo negando con la cabeza aunque se que él no puede verme.—Mamá y papá no lo creen necesario, además así podemos pasar más tiempo juntos.

—Eso es raro.—Dice Jorge.—Raro pero bueno. ¿Cómo conseguiste llegar a dirección? Queda un poco alejado.

Recuerdo el tour súper rápido que me dio Maitane, mejor dicho Aita como dijo que la llamará y sonrío mientras le digo:

—Una chica que iba a dirección me dio un tour rápido por las instalaciones.—

—Eso es bueno.—Dice Jorge.—Me la debes de presentar, quiero agradecerle por ayudar a mi mejor amigo.

—Como prefieras.—Digo arrancando un hilo suelto de mi suerte.

—¡DAMIEN ALEXANDER!.—Grita mamá.

Me asusto y se me cae el teléfono de mis manos. Lo recojo, lo reviso para comprobar que no le paso nada y la miro cómo si tuviera un tercer ojo. No puede gritarme así, podría haber tenido un infarto.

—¿Qué hice ahora?.—Pregunto levantándome del sofá y guardando mi teléfono en mi bolsillo. De la caída se cortó la llamada con Jorge. Le explicaré todo mañana temprano cuando nós encontremos en clases.

—¿Me puedes explicar porque las niñas usan tu calculadora para hacer las tareas más rápido?.—Pregunta mamá señalando a las gemelas.

—Yo no les he dado nada a ellas.—Me defiendo.—Ni siquiera recuerdo que les haya prestado mi calculadora.

—De hecho, si lo hiciste.—Dice Verónica jugando con su lápiz.—Te pregunté y tu me señalaste tu mochila.

—Yo no hice eso.—Digo negando y cruzándome de brazos.—Aunque ahora que recuerdo tú me preguntaste, pero no me dijiste para que era.

—No tengo tiempo para esto.—Dice mamá fulminandonos con la mirada a los tres.—Están castigados, Damien por no estar al pendiente de las gemelas y ellas por hacer trampas con las tareas.

Termina de decir, les quita la calculadora a las niñas, me la entrega y se va a su oficina.

Miró a Verónica y Victoria las señaló con la calculadora y les digo:

—Esto es su culpa.—

—Técnicamente, es tu culpa también.—Dice Victoria levantándose de su asiento y guardando sus cuadernos.

—Técnicamente, estamos castigados. —Digo pasandome la palma de la mano por la cara.

—Tonterías.—Dice Verónica colocando su mochila en la entrada.—Mamá nunca cumple sus castigos. Seguro se le olvidara.

Vuelo hacia al destino.Where stories live. Discover now