008

2.7K 135 1
                                    

Narra Sairus

Bueno solo quiero que sepan que esto es algo que yo no haría normalmente, las disculpas son tan difíciles de pronunciar, que en mis 14 años de vida nunca me eh disculpado, pero ella simplemente le da vuelta a mi mundo y hace lo imposible posible y por ella estoy dispuesto a darlo todo, solo quisiera que algún día lo sepa, ya que nadie sabe lo que siento, todos me ven como un príncipe mimado y consentido que pronto será su nuevo rey, que solo vive la vida de fiesta en fiesta y preferí que pensaran eso a qué sepan quien soy en realidad, no tuve una infancia fácil, la vida de un príncipe no es siempre perfecta, pero es algo que no quiero recorrerá Justo ahora.

Caminaba por ese espeso bosque detrás del castillo, cruzándolo  llegaría a un conjunto de casas algo viejas, hay vivía Tezz. Solo llevaba puesto una sudadera negra con capucha, unos pantalones negros algo gastados y unos tenis negros. Si alguien me viera creo que lo ultimo que pensaría es que soy un príncipe. Ya había pasado más o menos media hora desde que salí del castillo, el camino parecía más largo de lo habitual, no estaba ni cerca de la casa de Tezz, que pasara siempre tomó este camino como pudo haberse alargado. Después de unos minutos de estarme carcomiendo la cabeza buscando la razón por la cual voy más lento llegue a una conclusión, pues caí de un techo y mis piernas no están nada bien, así que decidí parar en un árbol a descansar un poco.

El bosque estaba pacífico, solo se escuchaba el rose de las hojas de los árboles junto con algunos búhos, todo era tan tranquilo que a la vez era preocupante así que decidí emprender mi camino de nuevo, apresuré mi paso cuando sentí una presencia detrás de mi, intenté ignóralo pero me era imposible así que con un movimiento rápido lancé mi codo hacia atrás con la intención de golpear a quien sea que estuviera hay, falle y en cambio mi víctima tomó mi codo poniendo contra mi espalda y lanzándome al suelo, de repente una linterna ilumina mi rostro dejándome casi siego.

— Sairus?

—Nolan?- quito la intensa luz de mi cara y pude ver mejor a mi "atacante", si definitivamente esa cabello medio rojo, medio blanco es inconfundible.

— Perfecto Justo a la persona que quería ver.

— también es un gusto verte Nolan ah y me debes un brazo nuevo- dije estirando mi brazo.

— que tú eres el loco que vaga por los bosques a las 3 de la mañana y además tú atacaste primero.

— pero tú respondiste a mi ataque y si hubiera sido un asesino en serie buscando su nueva víctima- me levante sacudiendo mi ropa para quietarme la suciedad acercándome amenazadoramente a él.

— te digo lo mismo, que hubieras echo si hubiera sido un tipo con un arma al que atacaste, y a todo eso tú qué haces aquí.

— yo solo.... salí a trotar y tú.

— pues disfrutando de la vista.

— Aja a otro perro con ese hueso, enserio que haces aquí a las 3 de la mañana.

— no es mi deber decirte y ya me voy que estoy ocupado- sin más empezó a caminar como si nada hubiera pasado, definitivamente se trae algo entre manos y lo voy a averiguar.

Espere a que Nolan se alejara un poco más pero sin perderlo de vista para comenzar a seguirlo, me adentre por los arbustos que rodeaban el camino era difícil seguirle el paso ya que parece que tiene prisa, pero es raro este camino lleva a su cueva en el bosque a la nunca nadie va, que habrá allí. Lo seguí un poco más por entre los arbustos hasta que llegamos a un claro y unos pasos adelante estaba la cueva, rodeé la zona acercando por detrás a la cueva, la rodee completamente y me escondía en un arbusto cerca de la entrada. Nolan llevaba consigo una pequeña bolsa que no había visto tal vez la escondió entre su ropa, no se adentró muy profundo y de repente se escuchó otra voz en la cueva.

Serás mí reina Where stories live. Discover now