13

67 12 10
                                    

Hanna me llamó, recordándome la reunión que tenía hoy, a las 11 de la mañana, con un posible cliente. Estoy demasiado distraída y no hay otro culpable, que el adorable señor Joseph Miller.

Sonrío como tonta mientras me cambio, hoy opté por un vestido azul y dejaré mi cabello suelto. Me pongo los zapatos y corro por el departamento para buscar las llaves de mi auto, que siempre desaparecen.

-Vaya cariño, estás hermosa,¡ve y patea traseros empresariales!.

Suelto una sonora carcajada y me despido de Cam que está desparramada en nuestro sofá, en pijama y toda despeinada. Cuando vuelva hablaré con ella, porque no es usual que este así.

Salgo de casa y justo el ascensor está en mi piso, me digo que este va a ser un buen día, llego al estacionamiento y subo a mi auto, el tránsito no está tan pesado hoy y el día esta ayudando bastante. Por suerte, llego rápido al edificio en donde se encuentra mi oficina.

Antes de subir compro dos cafés para Hanna y para mi,ves sábado y trabajamos medio día. Decido llevar un sandwich y una dona de chocolate para mi secretaria, las ama y me gusta consentirla.

Voy corriendo para alcanzar el ascensor que está lleno de gente. Acomodo mi bolso y los cafés en mis brazos. Un caballero me pregunta que piso y yo le respondo, amablemente, hacia donde voy.

-Gracias señor -él sólo me da una sonrisa y yo simplemente lo veo porque me resulta conocido.

Escucho el sonido de las puertas abrirse, dos pisos antes del mio y varias personas salen, incluyendo al señor amable. La caja endiablada sigue su camino y finalmente llega a mi piso. Me adentro en la oficina y saludo a Hanna de manera entusiasta. Ella me sonríe, pero noto que esta tensa.

-Cariño,¿todo en orden?. Te noto algo contrariada. No me digas que cancelaron la reunión Hanna, yo que venía tan entus...-

-Olivia, no te pongas tensa amor, tú no eres asi -esa voz, esa maldita y odiosa forma de decir mi nombre. Giro mi cuerpo y veo a la calamidad más grande de mi pasado. Un tormento al cuál creí, que le dí un final.

-¡¿Qué haces aquí?!. Maldito seas Ryan Smith,¿quién demonios te dijo que volvieras?.

Estoy gritando y lo sé, porque mi garganta arde y siento mi pecho doler. Este hombre aparece como si nada, como si no hubiese hecho añicos mi vida.

-Cálmate Olivia, yo.. sólo vine a hablar, por favor sé que no tengo derecho a pedirte nada, está bien si te niegas, pero dame la oportunidad de hablar contigo. Sólo escucha lo que vine a decirte... Te lo ruego.

Sé que no debería hacerlo, que ya es tarde para hablar, pero aúnque no lo crean, veo sinceridad en los ojos de Ryan, de igual forma, no quiere decir que crea en él.

-Está bien Ryan, sígueme. Hanna por favor, no me pases llamadas en los próximos 15 minutos. Ese es todo el tiempo que le daré al señor Smith.

Entramos a mi oficina y noto que él se queda de pie en la puerta, lo miro con una ceja alzada -Siéntate y no cierres la puerta.

Noto que aprieta su mandíbula,bnunca le gustó que le dieran ordenes y sigue sin gustarle.

Está vestido de negro, admito que siempre fue un hombre guapo y elegante. Pero ya no provoca nada en mi. Éste hombre sentado frente a mi, de mirada fría y perversa, ya no es el chico del que me enamoré locamente en mi juventud. No queda nada de ese rubio de mirada dulce y sonrisa tierna.

La persona que está en frente, es un ser calculador, desagradable e hiriente. Porque eso, es en lo que se convirtió. En un sujeto interesado y avaricioso, que sólo piensa en él.

De pronto viene a mí, la mirada de Joe, sus labios, su sonrisa de niño, puedo atestiguar que en los ojos de Joe, se ve el dolor de una perdida igual de penosa que la mía. Espabilo porque quiero estar atenta a lo que este...bastardo, lo siento no puedo decir otra cosa, pueda hacerme o decirme.

-Bien, ya estás aquí, tienes 13 minutos para decir a que rayos has venido y largarte bien lejos de mí vida.

Si sueno enojada, pero éste hombre, está sacando lo peor de mi.

-Yo... Quiero saber de mi hija -golpeo mi escritorio y él salta en su lugar. No por miedo, por supuesto. Más bien es la sorpresa de saber que, me altera tanto que llega a violentarme.

-No puedes estar hablando en serio. ¡TÚ MATÁSTE A MI HIJA RYAN!. Tú me la quitaste, ese día que me golpeaste, quedé tan mal herida que debieron internarme. Me enteré que tenía 4 meses de gestación y hubo que hacer una cesárea de emergencia. Nunca sabrás lo que fué enterarme que estaba embarazada y que, el amor de mi vida, la extensión de mi y la que se había convertido en el ser más importante de mi mundo, estába sin vida dentro de mi cuerpo herido, golpeado y lleno de vergüenza. Porque si, estaba avergonzada ya que creí que todo eso me lo merecía. ¿Y sabes qué?:¡¡NO FUÉ MI CULPA Y NO LO MERECÍA!!.¡NI ALMA,NI YO LO MERECÍAMOS RYAN!.

Se hace un silencio lúgubre y pesado en mi oficina. Siento mi respiración agitada y un sollozo sale de mi garganta, mis ojos están abnegados en lágrimas, pero ya no puedo seguir llorando por el pasado. El recuerdo de mi bebé, no puede ser manchado por algo como esto. Él nunca entenderá lo que yo sufrí ese día, porque a pesar de sus golpes, ese día perdí al hombre que creí que amaba, perdí al que creí que iba a ser mi compañero de vida, al padre de mis hijos y perdí al fruto del amor que yo sentía por ésta persona, sentada frente a mi.

Él, como era de esperarse, no me dice nada, y si lo pienso ¿qué podría decir en esta situación?. Nada hará que cambie el hecho de que Alma no esté conmigo, nada hará que vuelva a amar a Ryan y no cambiará el hecho de que él, debe cargar con la culpa de haber perdido su felicidad.

-Perdóname Olivia...-lo miro y realmente pienso en lo que pide y ya sé que debo responderle. Mi respuesta es quizás egoísta o algunos dirán que me lavo las manos, pero yo no lo creo así.

-Eres tú quien debe perdonarse Ryan. Yo sané mis heridas, pienso todos los días en mi hija y la amo aún más, aunque no la tenga conmigo. Lo que tú debes hacer, es pedirle perdón a ella y a ti mismo. Yo no soy la que debe perdonarte. Debería asesinarte con mis propias manos, pero prefiero creer que tu pagarás el daño que causaste con todo ésto, de otra forma. No seré yo quién te cobre el daño causado.

Él se tensa y me mira de manera fiera, con ira y enojo acumulados. Lo conozco y sé que quiere gritar y golpear, pero se contiene.

-Tú jamás cambiarás Ryan. No lo harás y sé, que has venido por algo más. No vienes a pedir perdón. Jamás te interesó la niña.

Sonríe de forma perversa y enferma, un escalofrío corre por todo mi cuerpo al darme cuenta que acerté, lo conozco y son años de ver sus gestos, sus muecas y miradas.

-Vaya cariño, creí que el arrepentimiento iba a funcionar, pero es evidente que te has vuelto una mujer de negocios y finalmente, aprendiste a leer a las personas. No eres tan tonta como creía.

-Dime que demonios quieres Ryan y vete al infierno.

-Te ves sexy cuando te enojas preciosa -tenso mi mandíbula y él suelta una carcajada tan escalofriante, que me cala los huesos.-Es muy simple hermosa, te quiero a ti.

🦋

Bueno,capitulo por aquí,hubo un cambio brusco porque mi adoraba tablet se tildo y no se guardó mas q la mitad del capítulo.así que me enoje y cambie el rumbo de todo jajaja. Dejen su opinión acerca de este Ryan malo.

Ya saben comenten,lean y todo eso jajaja lean,comenten,si les gusta voten dejando su estrellita,así era jaja. Besos 😘.

~D ❤.

Belleza del alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora