19

65 14 12
                                    

Trago saliva compulsivamente. Era una noticia que no quería darle así, más bien él sólo lo dedujo.

Decir que Joseph Miller estaba pálido es poco. Era un fantasma. Me estaba dando cachetadas mentales hasta que ví como volvía en sí mismo, recobraba el color y sus ojos tenían un brillo hermoso.

Una sonrisa tiraba de sus labios, hasta que una carcajada algo adolorida salía de su garganta.

Estaba a un paso de la histéria, que este hombre estuviese riendo como si la noticia fuera una broma, me descolocaba.

Aclaré mi garganta, porqué tenía un nudo en ella, el miedo de preguntar el porqué de su risa me tenía mal. No sabía si era de felicidad o incredulidad.

-Joe...-mi voz fué solo un susurro. Él dejó de reírse de forma brusca y me miró.

Me miraba, no dejaba de hacerlo. Lo hacía como buscando una excusa o una evasiva. Pero no encontró nada, sólo miedo. Lo sé porque su nuez de Adán subía y bajaba, estaba nervioso y notó mi pánico.

-Dime algo por favor, sé que no estamos en un buen momento y que es inesperado, pero de verdad necesito que me di..

-Te amo Olivia.

Estupefacta es poco. Parpadeo para que mis lágrimas no se escapen, pero ni siquiera sé en que momento aparecieron. Un sollozo sale de mi garganta, cubro mi boca para que dejen de salir más sollozos, pero por su declaración es imposible. Es la primera vez que lo dice en voz alta, toma mi mano y sigue hablando.

-Sé que es inesperado, que no lo búscamos y muchos dirían que es apresurado.

»Pero te amo con toda mi alma Olivia. Eres todo para mí, amo tus ojos, tus labios;la manera en la que frunces tu boca cuando algo no te gusta o no está como quieres. Adoro como bailas, como hablas con tanto orgullo de tu familia y amigas, me fascina cuando abres tus ojos después de dormir entre mis brazos. Me gusta cuando dices guarradas en la cama y luego te sonrojas como ahora. Olivia te amo cuando hablas de tu hija y te amo aún más por querer rehacer tu vida conmigo, darle un hermano o hermana a nuestros hijos. Porque, aúnque no estén físicamente, están en nuestros corazones.

»Me enloquece tu perfume, me deslumbra que no temas enfrentarte a las adversidades, que seas una mujer con los pies en la tierra, cariño eres la mujer perfecta para mí, quiero este bebé contigo, lo quiero y anhelo. Deseo formar una familia y hacerte feliz. Necesito esto Olivia, fervientemente.

-¿Y sale mal?, tengo miedo Joe.

-Yo también amor, pero nada saldrá mal, te amo y amo a nuestro bebé, estaremos bien. Te prometo que te haré feliz cariño.

Soy un mar de lágrimas,me acerco a Joe y lo beso lentamente. Lo hago con amor, con felicidad de saber que él también quiere estar conmigo, que anhela lo mismo que yo: una familia.

Dejamos de besarnos y yo acaricio su rostro, tiene que afeitarse, aúnque con barba sigue siendo sexy, sonrío por ese pensamiento y él me mira frunciendo su ceño.

-Estás sexy con barba amor.

Èl suelta una carcajada, pero hace una mueca de dolor.

-Llamaré al doctor Clark, además de que debo llamar a tus padres y amigos. Todos esperaban que despertaras, pero yo los corrí y me quedé contigo. Soy una egoísta.

Él sonríe y la puerta se abre, había llamado desde el botón de la habitación, apareció el doctor Clark y dos enfermeras.

Me piden que me retire un momento afuera, así lo revisan; yo hago lo que me piden y aprovecho para hacer varias llamadas. Entre ellas, al particular señor Samuel Miller.

Belleza del alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora