{XIV} Cosa 9: El pasado... ¿pisado?

1.4K 144 3
                                    

Yuri no estaba feliz en ese momento, mientras sus hijos se divertían viendo los aviones llegar y salir de la pista, él se preparaba psicológicamente para lidiar con su cuñado y su gran complejo de hermano, estaba seguro de que Arman le iba a robar su esposo apenas pisará Rusia.

-El avión de Arman llega en 10 minutos- dijo Otabek sentándose al lado del rubio.

-Que bueno- respondió secamente mientras los niños se sentaban a su lado.

-¿Qué pasa niños?

-Con Al hablamos, y nos pareció algo raro que el tío venga a Rusia de repente, ¿Le pasó algo?

Los adultos se miraron y luego miraron a los pequeños, ambos observaban a sus padres con sus esmeraldas, un poco intimidantes la verdad, y fue Yuri el que tomó la palabra.

-Nada de eso, el tío solo quiso venir a verlos y pasar algo de tiempo con nosotros.

-Oh, ok- dijeron los mellizos al mismo tiempo antes de seguir jugando.

-Son muy listos- dijo el alfa al verlos marchar-. No creo haber dicho nada frente a ellos.

-Y no lo hiciste, ¿Qué esperabas Beka? Son nuestros hijos después de todo- sonrio.

Otabek abrazo a su rubio para darle cariñitos, él sabía mejor que nadie lo ¿Intenso? Que su hermanito podía ser, además de la competencia que ambos omegas tenían por su atención, recordaba muy bien como había reaccionado su hermano el día que presentó a Yuri en su familia.

---------------------

Otabek no había tenido tanto miedo desde que se confeso el día del cumpleaños de su, ahora, pareja, por suerte a él no se le notaba, pero su novio estaba temblando como una hoja, lo sentía en los brazos que lo rodeaban.

-Ya llegamos- dijo el moreno frenando su moto ante una sencilla casa de dos plantas.

La casa era de de madera, tenía un jardín muy cuidado en el patio de enfrente y estaba rodeada de rejas negras. Ambos, alfa y omega se acercaron al portón y tocaron el timbre, Yuri se notaba ansioso, así que el mayor aprovechó para agarrar su mano, quería recordarle que el estaba ahí, que lo cuidaria y defendería ante todo. El rubio se tranquilizó, por lo menos hasta que escucho la puerta abrirse, apenas la oyó se oculto detrás de su pareja, grande fue su sorpresa al oir una voz infantil y sentir que alguien se abalanzaron sobre su novio.

-Ota volviste.

Entonces el alfa soltó su mano y se dedicó a abrazar a la pequeña criatura que estaba prendida a su cintura, de inmediato el rubio se sintió fuera de lugar, se separó del kazajo y lo vio alzar en brazos al niño, el cual se aferró a su cuello dándole besos por toda la cara.

-Te extrañe Arman, estas muy delgado, ¿Estas comiendo bien?- sin lugar a dudas Otabek se olvido de que él existía.

-No se queden allá afuera- se oyó una voz desde la casa, Yuri giro su cabeza y se encontró a un señor y una señora en la puerta, claramente alfa y omega, solo pudo tragar saliva, eran los padres de su novio, sus suegros.

Otabek bajo a su hermano y volvió a tomar la mano de el rubio para llevarlo a la casa, eso no le gusto al pequeño Altin, el cual agarro la otra mano de su hermano para guiarlo a la casa.

Diario de la familia Altin-PlisetskiWhere stories live. Discover now