49. Culpables y nombres en sinónimo de protección.

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SEGUNDA PARTE

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SEGUNDA PARTE

No quiso mirar hacía atrás, esa idea ni siquiera fue una posibilidad, solo apoyo una de sus grandes manos en la espalda alta de Meredith y sacándola de aquella escena, la empujo hasta la salida del despacho sin reparar su entorno. Escuchó a la lejanía la voz de aquella mujer fastidiosa repitiendo que llamaría a la policía, pero sus comentarios se sintieron como ecos entre todo los sentimientos revolucionarios que estaba sintiendo.

No midió sus acciones, su entorno, nada que pudiera dejar mal su imagen, solo se guio con el cuerpo de Meredith hasta la salida del colegio aún con su rostro mascullado debido a algunos pequeños golpes que había recibido en el forcejeo. Una vez que estuvieron fuera de aquel edificio opresor, pudo sentir como sus pulmones se llenaron de aire y cuando quiso retomar su camino, esta vez en dirección a su coche, el cuerpo de ella se detuvo.

Meredith no coordinaba sus pensamientos con los movimientos de su cuerpo, por una parte aquellos pensamientos que se había prometido aquella vez jamás escuchar, estaban ahí recriminándole sus acciones y por otro lado, su cuerpo seguía tenso y reacio a los movimientos poniéndose en contra de sus decisiones.

Todo estaba en contra suyo, inclusive ella misma, dañándose más de lo que su mente la estaba dañando. No soportó la presión de aquellos pensamientos destructivos y sus piernas flaquearon mientras de a poco caía en un colapso mental, pero antes de que pueda caer nuevamente de rodillas, Azael estuvo ahí para sostenerla.

El movimiento la tomo tan desprevenido que se fue al suelo con ella amortiguando el peso en sus propias rodillas mientras sujetaba con fuerza el cuerpo de Meredith que poco a poco caía en un pozo profundo y bastante negro.

—Cariño, despierta, por favor —pidió, sosteniéndole la mejilla con una de sus manos mientras los ojos de ella se cerraban lentamente.

Desesperado en medio del estacionamiento, elevo la mirada en busca de ayuda, pero el lugar estaba tan desolado que sintió pánico. La observo buscando indicios de que sea un tonto desmayó y cuando lo comprobó soltó un suspiro aliviado mientras su cuerpo tenso se relajaba notoriamente. Aún sentado en el suelo, sintió unos pasos acercándose y cuando volvió a elevar la mirada la presencia con la que se encontró fue de total sorpresa.

—¿Qué le has hecho? —consiguió decir entre el miedo que de apoco lo envolvía. Lo ayudó tomando el cuerpo inconsciente de Meredith y Azael se puso de pie tanteándose la parte trasera de su pantalón en busca de las llaves de su coche.

—Llevémosla a mi departamento.

No refuto, asintió con la cabeza mientras los latidos de su corazón lo dominaban bajo la ignorancia de no saber lo que ocurría y siguiéndolo por detrás dieron los últimos pasos hasta el coche de Azael en el estacionamiento. Se subió en la parte de atrás maniobrando con el cuerpo inconsciente aún en sus brazos y una vez que ambos estuvieron dentro, Azael no dudó en ponerlo en marcha.

Mi sexy AMOR. [#1]Where stories live. Discover now