6. El alcohol hace estragos en la mente.

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-padre por favor, perdoname...- le implore sollozando. El me miraba con desprecio sin una pizca de lastima en sus ojos. Su mirada era fría y desgarradora. La indiferencia se hacia notar en su postura. Mi madre en cambio lloraba desconsoladamente cubriendo su rostro con ambas manos.

¿como pude causar yo sola todo este caos?

Todo este sufrimiento, por mi culpa, mi estupidez, mi orgullo.

Gracias a la estúpida navidad.

-nunca... Nunca vas a poder redimirte por lo que hiciste, nunca nos devolverás lo que nos as quitado y nunca te perdonaremos esto.- dice finalmente soltando unas lágrimas a través de sus fieros ojos azules luego de señalarme con su dedo índice.

Perdoname... Pensé. Aunque se que él  ya no esta escuchándome, ni siquiera en mi mente.

Desesperada. Sola. Desamparada, igual que un pequeño niño huérfano.

¿a donde iré ahora?

Veo a mi padre empacando todas mis pertenencias en una maleta horrible con toda la brusquedad que se le hace posible dada la situación.

¿como an cambiado tanto los hechos?

-esto lo pagaras- dice con asco, mientras me extiende  la  andrajosa maleta. No la recibo mientras lo miro con los ojos llorosos y le suplico una vez mas.

-padre, te lo pido...-

-no tienes derecho a pedirme nada.. Tu, ya no eres nuestra hija...- dijo severo sin nada de arrepentimiento en su vos o en su mirada, y algo muy dentro de mi se rompió.- ten, no quiero nada tuyo aquí... Ahora vete.- replicó escupiendo sus palabras, tirandome la maleta con fuerza y doy un paso atrás.

Aún no creía lo que estaba sucediendo.

No me creía capaz de hacer lo que hice.. Ni los creía capaces de hacer lo que están haciendo ahora.

Darme la espalda.

Botarme como si fuera un objeto al que puedes devolver cuando no funciona, o algo de lo que te puedes deshacer cuando ya no te sirve.

Aunque claro, no era un sentimiento que no conociera ya, yo no era la hija mas inteligente, o la mas hermosa, o incluso la mas despierta de las tres. Pero yo me creía parte de su familia. Creía que ellos me amaban a pesar de ser como era. Mi seguera temporal me impidió darme cuenta de las cosas. Y me dolió. Vaya que me dolió muchísimo su adiós.

Pero lo que mas me dolió, fue que si tuvieran verdaderas razones para odiarme.

Mi padre.. Es decir, Marcos... Está esperando que me largue de la casa, de su vida... De la vida de todos.

Anays y Amanda me miran con rabia mientras Marcos me empuja hacia la puerta. Madre, digo, Helena, sigue sentada en su habitual sillón de terciopelo llorando sin mirarme.

Marcos me abre la puerta y me empuja hacia la acera.

Me odia, todos me odian. Y lo acepto.

Lo merezco.

-no te atrevas a volver nunca más aquí... Ésta ya no es tu casa. No eres bienvenida. Jamás lo serás otra vez- dice al borde de las lágrimas.

Como si le doliera echarme a la calle.

¿quien sabe?

Nunca sabré si le duele de verdad echar a una de sus hijas sin reparo ni remordimientos.

§ Tu Sombra § [T.1_T.S] EN PAUSA TEMPORALजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें