Los chicos universitarios tienen bastantes problemas en su vida cotidiana, si no creen que eso es verdad pueden preguntarle a Kuroo y Kenma, mejores amigos desde la infancia que ahora deben afrontar los extraños rumores acerca de ellos que rondan po...
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Kenma sabía que Kuroo estaba escondiéndole algo. Podía decirlo con solo ver como evadía su mirada, algo que había estado haciendo desde que llegó a su habitación, mostrándose demasiado callado y distante.
Ese no era el idiota que conocía.
─¿Qué pasó ahora?─ le pregunta, ligeramente molesto por el suspenso.
─No es nada─ se excusa, pero antes de conseguir levantarse de la cama para ir por algo al escritorio, Kenma termina por sostenerlo de un brazo, utilizando más energía física de la que había empleado en años de amistad.
Kuroo no pasó eso por alto, deteniéndose inmediatamente para voltear a ver al muchacho. Sus ojos felinos alerta, ambos supieron que un asunto serio se encontraba silenciosamente entre ellos. El mayor terminó por ceder, tomando asiento al lado de su mejor amigo sobre la pequeña cama.
─No quería decírtelo, sé que esto te está causando ataques de ansiedad─ confiesa, sentándose frente a él con las piernas entrecruzadas─. Y sé que lo mejor sería ignorar este asunto, pero...
─Mira─ suspirando, Kenma posa una mano sobre la rodilla de Kuroo, dándole un poco de apoyo emocional─, han sido semanas difíciles, yo tampoco comprendo por qué las personas están acosándonos tanto con esto de "ser novios" cuando no somos más que mejores amigos, pero tenemos que apoyarnos para no terminar mal.
Era la primera vez que Kenma soltaba un discurso tan largo para Kuroo, por lo que, en medio de un mar de sentimientos, el chico terminó por lanzarse contra el menudo cuerpo del muchacho para abrazarlo. Solo quería sostenerlo un momento.
─Siento que tengas que soportar esto.
─No es tu culpa─ Kenma parece sonreír ligeramente antes de fruncir el ceño─. Pero quítate de encima.
Se encontraba incorporándose cuando, repentinamente, aquella puerta que creyeron cerrada con llave terminó por abrirse de par en par, mostrando a unos sorprendidos Hinata, Bokuto y Oikawa.
─¡¿Qué están haciendo?!─ es la pregunta escandalizada de Bokuto, sorprendido de ver a su mejor amigo en esa situación─ ¡Mis ojos!
Kuroo no tarda en dar un salto fuera de la cama, alejándose a toda velocidad de él mientras el rubor cubre sus mejillas, sobresaltado, más aún al comprender como la situación podía malinterpretarse de formas tan terribles.
Fue Oikawa quien cerró la puerta mientras soltaba aquella desagradable frase:
─¡Sin sombrero no hay vaquero!
No debían preguntar algo que era evidente.
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