Los chicos universitarios tienen bastantes problemas en su vida cotidiana, si no creen que eso es verdad pueden preguntarle a Kuroo y Kenma, mejores amigos desde la infancia que ahora deben afrontar los extraños rumores acerca de ellos que rondan po...
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Resultaba extraño verse al espejo de esa forma, nunca en la vida espero tener que verse al espejo de cuerpo completo solo para asegurarse de que su apariencia resultaba verídica. Kuroo no soportaba la idea en realidad, lo había dicho como una broma que esperaba que Kenma evitara a toda costa. No había resultado de esa forma, no cuando su mejor amigo notó que sería lo más sencillo para evitar más rumores.
Honestamente, dudaba que eso fuese a funcionar.
─¿O crees que debería tomar tu brazo?─ los ojos de Kenma reflejaban la pereza que sentía, llevaban más de media hora parados viéndose, intentando lucir una relación medianamente creíble.
─Creo que estamos bien así, por algo creen que somos pareja cuando ni siquiera intentamos fingir que lo somos─ suspira Kuroo, su brazo más cercano dejándose caer sobre los hombros de Kenma, atrayéndolo hacia su cuerpo como en tantas otras ocasiones─. Aparte, ya voy tarde a la primera clase.
Los ojos de gato de Kenma se movilizaron hasta el reloj que adornaba una pared, su boca abriéndose ligeramente antes de comenzar a moverse.
─Vamos─ ordenó luego de unos instantes, tomando todas las cosas que tenía desperdigadas por el suelo de la habitación.
─¡Allí te vamos, rumores estúpidos! ¡Kenma y yo nos hemos reconciliado luego de mi intento por besar a Oikawa!─ se burla Kuroo, saliendo con prisa detrás del chico teñido.
No contaban con que, delante de la puerta, los esperasen Bokuto, Oikawa y Ushijima. La expresión en el rostro de los tres mostraba más allá que simple sorpresa, siendo Tooru quien lucía más asustado que los otros dos.
─¿Qué?
─Lo perdoné─ murmura Kenma antes de que Kuroo terminase por arruinar la farsa.
Luego de discutirlo, ambos llegaron a la conclusión de que no podrían decirles a sus amigos, algo no terminaba de convencerlos con respecto a la actitud que mostraban. Y Kuroo, obviamente, se encontraba dolido con el entusiasmo que mostraba Oikawa hacia el hecho de que fuese novio de Kenma.
Pasando de largo a sus amigos gracias al agarre de Kenma, Kuroo se dejó llevar, apenas alcanzando a tomar a Bokuto de la chaqueta para arrastrarlo con ellos. Decidió, también, olvidar la sonrisa que se había formado en el rostro de Oikawa luego de escuchar las palabras de Kenma.
Hablando con sinceridad, Kuroo comenzaba a odiar a todos aquellos que solo querían verlo con Kenma, ¿no era decisión suya con quien ser feliz o con quién sufrir por un corazón roto?
Bufando, continuó la marcha, aunque los gritos de Bokuto le provocaban dolor de cabeza.
Supuso que a Kenma también.
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