Cuarenta y siete.

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Nunca era fácil acostumbrarse a un adiós. Camila nunca podía.

Llegaban tan inesperadamente. Cada vez que Camila pensaba que las cosas estaban llegando a ser casi perfectas. Y cada vez, le dolía en todas las mismas formas.

Era el primer día de diciembre. Se suponía que iban a celebrar. Lauren incluso había salido la noche anterior y había conseguido crema batida para que pudiera poner caras sonrientes en sus panqueques. Pus su alarma más temprano para que pudiera estar levantada antes que Camila y Presley.

Es por ello que se sorprendió cuando la voz preocupada de su esposa, la sacó de su sueño.

"Lo"

Incluso en su estado medio consciente, Lauren sabía que algo estaba mal. Rápidamente abrió los ojos, mirando hacia su esposa en confusión. "¿Huh?"

"Él está enfermo."

Frunciendo las cejas, Lauren se incorporó. "¿Quien?"

"Wolf", Camila bajo la voz y ella asintió al bulto de mantas en sus brazos. Lauren se estremeció.

"¿Cómo?"

"Él sólo lo está," Camila negó con la cabeza, sin esperar las preguntas de Lauren. "Necesito ayuda."

"Déjame verlo", dijo Lauren en voz baja, extendiendo sus manos. Podía ver la preocupación en la cara de su esposa y su insistencia de manejarlo con el máximo cuidado cuando Camila lo pasó a sus brazos.

"É-él no comió anoche. O en la mañana", Camila murmuro, lentamente sentándose junto a Lauren en la cama y viendo mientras estudiaba cuidadosamente al viejo gato blanco. "Él no quiso salir cuando abrí la puerta."

"Eso es raro", susurró Lauren, con cuidado, presionando sus dedos alrededor de su cuello y dándose cuenta de que la respiración del gato era más lenta. "¿Dónde lo encontraste?"

"Escondido," Camila asintió, extendiendo la mano y colocando su mano sobre la de Lauren. "Bajo el sofá. ¿Qué hacemos, Lo? "

Fue en ese punto que Lauren se dio cuenta del pequeño par de ojos observándolas. Se dio la vuelta y echó un vistazo a la puerta, donde Presley estaba de pie en su pijama de color azul claro, chupando su pulgar y mirándolas con preocupación.

"Voy a llamar al veterinario," Lauren asintió, acomodando al animal enfermo en sus brazos. "Necesito que vayas y vistas a Presley por si acaso tenemos que irnos, ¿sí?"

"Sí", susurró Camila, levantándose lentamente y mirando hacia la puerta.

"Hey," Lauren se detuvo para extender la mano y tomar la mano de Camila. Ella la miró a los ojos, dándole una suave sonrisa. "Todo va a estar bien."

No estuvo bien, por desgracia.

"PIF. Peritonitis infecciosa felina", explicó la veterinaria, girando de su computadora para hacer frente a la pequeña familia de pie delante de ella. Presley estaba en los brazos de Lauren, acariciando al gato blanco que estaba sobre la mesa delante de ellas.

"¿Qué tenemos que hacer?", Preguntó Lauren, mirando por encima a Camila. Su esposa estaba de pie detrás de ellas, con un poco de temor por la habitación en la que se encontraban. Nunca le habían gustado los consultorios de ningún tipo.

"Bueno, tienen dos opciones," la mujer abandonó el portapapeles en sus brazos y apoyó los codos en la mesa de metal frío. "Pueden llevarlo a casa con ustedes y dejar que la naturaleza siga su curso, o le pueden ahorrar unos cuantos días de sufrimiento y ponerlo a dormir."

Green ➸ camren [TRADUCCIÓN ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora