Negando el destino 4

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Tocó a la puerta las veces suficientes como para despertar a alguien, cosa que tomando en cuenta la hora y la cantidad de personas que compartían el piso, era posible. Se arrepentía de haber sido quizá demasiado frenético, pero en caso de que nadie le abriera volvería a tocar hasta recibir una respuesta. Por suerte eso no ocurrió, ya que cuando se disponía a llevar sus nudillos hacia la superficie de madera una cabellera pelirroja la reemplazó. Riku.

Su cabello estaba algo desordenado, pero al menos no parecía que acababa de levantarse de la cama. Gaku lo saludó y se disculpó por la molestia mientras dejaba sus zapatos en la entrada, pero no pudo decir mucho más cuando el pelirrojo se hizo hacia un lado con una enorme sonrisa; no parecía realmente sorprendido.

—La habitación de Yamato es la del fondo —le informó. Y tras hacer un asentimiento con la cabeza, como una especie de señal de apoyo, dejó que el albino fuera hacia el lugar que le había indicado.

Para una reacción como esa el líder de TRIGGER no podía imaginar hasta qué aspecto estaba enterado el hermano de Tenn sobre su situación, aunque podía imaginar que IDOL¡SH7 confiaba más entre sí para hablar y confesar cosas. Tal vez debería implementar eso en su propio equipo, aunque viendo cómo su centro había regresado al apartamento imaginaba que cualquier problema que hubieran tenido ya estaba resuelto.

—Yamato —le llamó tras tocar con más suavidad la puerta.

Pensó que el otro jamás le abriría, por lo que probó abriendo la puerta por su cuenta. Estaba abierta. Apretó con fuerza lo que traía consigo, y escondiéndolo en su espalda abrió la puerta. La miró de lado a lado analizando las pocas cosas que tenía en ella. No recordaba haber entrado en alguna otra ocasión a su habitación antes, por lo que se sentía en terreno desconocido. 

El de lentes estaba en su silla leyendo, o fingiendo leer, un periódico teniendo a Musashi recorrer de lado a lado su habitación. Gaku cerró la puerta con cuidado de no dejar ver lo que llevaba, y  cuidando no tropezar con el robot de limpieza llegó al lado de Yamato quien fingía no haberse percatado de su presencia.

Había algunas latas de cerveza vacías detrás de él, pero trató de no mirarlas.

—Espero que lo que tengas ahí sea algo de alcohol —no había rastro bromista en sus palabras, aunque la intención del comentario había sido esa.

—No, pero puedes tomarlo como un regalo de disculpas.

—¿Qué clase de regalo de disculpas no tiene alcohol?

Gaku soltó una risa seca.

—Lo siento, mi padre me amenazó con escogerte a ti o a la música y tuve que hacer esa escena para que me creyera, pero no pensé que tú... debí de darte una explicación inmediata o algo —no pudo continuar debido a que Yamato se incorporó hasta quedar frente a frente. Bajó la mirada hacia lo que el otro ocultaba, y luego lo miró a los ojos.

—Ayer... fue un día extraño —fue lo único que dijo.

—Sí, y no tienes ni idea —mostró una sonrisa apacible esperando que eso cambiara la expresión vacía que tenía el de lentes—. Parece que a mi director lo visitó una chica la cual no hacía más que pedir disculpas y que me contactaran. Se llamaba así misma culpable de algo, y cuando mi padre pidió que la sacarán lo amenazó.

Consiguió que Yamato abriera los ojos un poco más por la sorpresa.

—¿Sabes con qué lo amenazó? Una foto de nosotros dos. Dijo que la subiría a las redes sociales en caso de que no arreglara las cosas contigo.

—No me sorprende que llegara a ese grado. Me pareció de las que actuaban por impulso y sin planes en un inicio —admitió con una pequeña sonrisa—. Una foto así es poderosa en sus manos. En cualquier momento puede-

Revelándose a la naturaleza (Idolish7) (Yaoi) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora