Parte 9

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IX

Antes

―Debe de haber algún tipo de error ―dice Lotta, con la cara desencajada. La profesora Andersson la mira con cierta lástima porque comparte su pena ante la marcha de Ian―. Se ha ido de repente, sin despedirse.

―Es una orden del Gobierno, Lotta. Su visado no estaba en regla.

―Pero no puede ser... Él tenía una beca y sus notas son excelentes. Ha trabajado muy duro.

―Lo sé.

Lotta vuelve la vista para que los últimos rayos del sol no incidan directamente sobre sus ojos enfermos.

―Tenemos que hacer algo ―insiste―. ¿No hay ninguna instancia que podamos rellenar para lograr que al menos le dejen terminar el curso?

La profesora se encoge de hombros y, abatida, se sienta tras su mesa, que por superficie tiene una pantalla de grafeno que muestra toda la información que requiere para sus clases diarias. La mujer se conecta a la red interna del edificio, abre su cuenta de correo personal y selecciona un mensaje que tiene como remitente al rectorado nacional. Entonces deja que Lotta lea el contenido del cuerpo del correo.

«Su alumno, Ian Michelakakis, ha sido identificado como portador de un visado irregular. En concreto, se ha verificado que el documento pertenece a un ciudadano ateniense fallecido en uno de los muchos altercados que tienen lugar en la capital griega. Por lo tanto, se ha procedido a retirar dicha documentación y a cancelar la beca de la que disfrutaba en su universidad».

―No quiero leer más... ―dice Lotta, con los ojos vidriosos, intentando procesar la información.

―Sé que es duro, Lotta, pero Ian nos engañó a todos. No era quien decía ser.

Sin embargo, la chica no está del todo de acuerdo. Ella sabe lo que significa vivir en una ciudad anacrónica. Conoce el sufrimiento que pasa la gente que habita allí. No puede reprocharle que viera una oportunidad y tratase de aprovecharla. Además, es su amigo y la amistad perdura más allá de un nombre o de un apellido.

―Y, ¿qué pasa con su investigación?

―Ian, o como quiera que se llame, ya no es alumno de la universidad. Así que tengo que destruir todos los documentos que lo relacionen con nosotros.

―¿Significa eso que va a borrar la carpeta de la Reimaginación Subterránea?

La profesora Andersson asiente con pesar.

―Pero no me negará que su proyecto podría cambiar la vida de miles de personas. Que sería la solución para los países en los que el cambio climático ha causado más estragos... Países como Grecia, tal vez...

―Son sus gobiernos los que han de solucionar sus problemas, Lotta. Nosotros ya hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos.

Lotta está tan indignada que se marcha casi sin despedirse. Deja que sus pasos resuenen a través de los marmoleados pasillos de la universidad y no se preocupa en guardar el decoro cuando el calor de la angustia florece en sus entrañas invitándola a llorar. Pasa a través de un corredor, luego baja unas escaleras y llega al Jardín del Silencio. Camina a paso ligero, arriba hasta la residencia estudiantil y busca la habitación de Ian creyendo que tal vez haya vuelto. Necesitando a su amigo y compañero de investigación más que nunca. Pero la puerta está abierta, y el interior vacío.

Lotta entra y corrobora su ausencia. Encuentra tan injusta su situación que es incapaz de gestionar sus propias emociones. Ian es brillante. Una mente capaz puesta al servicio de los más necesitados, tal y como hacían sus propios padres. Quizá sea eso lo que la haya unido tanto a ese chico moreno de voz melódica que ponía entusiasmo en todo lo que hacía. Las paredes de la habitación lucen de un blanco impoluto. El armario está abierto, y de él solo cuelgan las perchas vacías. Las cortinas están corridas, signo inequívoco de que no hay nadie ocupando la habitación. Y en el suelo, una foto olvidada.

Lotta la recoge y la observa con detenimiento. En ella aparecen Ian y una niña no muy pequeña. Llevan unas máscaras de papel que les tapan la boca y la nariz pero aun así, se nota que sonríen. En el reverso, una fecha y el nombre de una calle.

Lotta entiende entonces qué es lo que ha de hacer.


Reimagina (Completa)Where stories live. Discover now