¿Un unicornio?

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Erick estaba cansado de estudiar y estudiar.

La química apestaba y para su tonta suerte también iba mal en aquella materia.

Seria una buena excusa pedirle a Joel sus apuntes de química también.

Pensando en esto recordó lo que estaba en su mochila, el cuaderno del rizado.

Corrió a abrir su mochila y sacó apresuradamente el cuaderno verde claro.

Lo olfateo por unos segundos. Demasiado perturbador.

Pero lo necesitaba, sentir su aroma para imaginárselo más real.

Vio el cuaderno que tenia en la portada lindas y elegantes letras cursivas escritas a pulso, "Matemática".

Hasta las letras de Joel eran perfectas.

Hojeo el cuaderno lentamente, leyendo cuidadosamente cada párrafo que contenía.

De esta forma la matemática no se veía tan mal. Todo lo que venia de Joel era interesante y digno de su atención.

Se quedó copiando ciertas cosas para hacer su tarea. Las horas pasaron y de pronto se hizo de madrugada.

Lo invadió un sueño cansador.

-¡Mierda!- murmuró. Se estiró un poco en su lugar y decidio dar por acabado ese momento de estudio.

Cerró el cuaderno de Joel con delicadeza y pudo ver en la contra tapa, en una esquina, un sticker de un unicornio.

Pensó que su mente le estaba jugando una broma por el sueño que lo invadía y decidió ignorarlo e irse a dormir.

A la mañana siguiente se alistó para asistir a su escuela y salió corriendo de su casa, se había quedado dormido.

Se sentó como siempre atrás de Joel y se embriagó de su aroma como ya era de costumbre, preguntándose que esencia tenia exactamente su colonia.

Chocolate, era más que obvio. O quizá era café.

Demasiado difícil atinar.

-¡Joel!- lo detuvo antes de que saliera del salón cuando la clase había acabado.

El rizado solo le dio una mirada fría, esperando que el ojiverde hablara.

-Gracias por prestarme tus apuntes de matemática. ¿Sabes? Necesito también los de química, ¿podrías prestármelo?

Joel extendió su mano hacia Erick sin responder nada.

Erick lo miró confuso sin saber que es lo que el rizado quería, así que solo le dio la mano en una especie de saludo.

Sus manos eran tan suaves, más de lo que había imaginado que era su piel.

Se perdió un segundo soñando.

Joel rodó los ojos y apartó su mano de la del ojiverde.

-¿Me podrías devolver mi cuaderno de matemática?- apenas pronunció, pero para Erick fue suficiente.

Había escuchado la voz de Joel, cuando respondía preguntas de los profesores, pero jamás le había dirigido a él ni un pequeño hola.

Esto era emocionante.

-¡Hey, niño! No tengo tu tiempo, dámelo.- le extendió nuevamente su mano.

-Lo-lo siento.- dijo Erick saliendo de sus pensamientos. -No lo traje porque aún no termino con la tarea.

-¿Entonces como quieres que te preste mi cuaderno de química?

-Por favor prestamelo. Prometo devolvértelos ambos en cuanto termine.

Joel dio la vuelta y salió del salón de clases. Erick no sabia si eso era un si o un no pero lo siguió de todos modos.

Llegaron hasta sus casilleros y Joel se detuvo a buscar en su mochila algo. Erick aprovecho para mirarlo sin parpadear.

Definitivamente era el chico más lindo y sexy de toda la escuela. Jamás había estado tan cerca de él, sus pestañas eran más largas y rizadas de lo que podía apreciar.

-Deja de mirarme, me pones nervioso.- dijo el rizado sacando un pequeño llavero, que tenia un dije de un arcoiris.

Erick no se lo estaba imaginando era real.

Joel abrió su casillero con cuidado y solo entre abrió la puerta para meter su mano y sacar un cuaderno de color lila pastel, que al igual que el otro tenia en letras cursivas plasmado en la portada, "Química".

Estaba tan impresionado que sostuvo más que el cuaderno, sostuvo la mano de Joel.

El rizado hizo algunos intentos fallidos por soltarse del agarre del extraño chico. No quería ser brusco.

-¿Quieres soltarme? o ¿piensas llevarte mi mano también?

-Lo siento.- dijo el ojiverde soltándolo en cuanto se dio cuenta. Estaba tan avergonzado que soltó también el cuaderno lila pastel.

Dio un gritito asustado y miró a Joel rápidamente, este giró los ojos molesto y se agachó a recoger el cuaderno.

Sin el cuerpo de Joel cubriendo su casillero, Erick pudo ver un poco lo que había adentro.

Un pequeño peluche kawaii, ¿un unicornio? Esto tampoco se lo estaba imaginando.

Joel sostuvo las manos de Erick y acomodó bien su cuaderno en medio de ellas.

-Si lo pierdes, te mato.- dijo antes de cerrar fuertemente su casillero y dirigirse hacia la puerta de salida de su escuela.

Erick volvió a ver brillo caer del casillero del dueño de sus sueños, Joel.

Estoy fatality :'v No creo que hoy actualice 18 años ¿contigo o sin ti?, sorry.

Unicornios ☆Joerick☆Where stories live. Discover now