❶❾

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La sala de espera estaba vacía por fortuna, así podría morderse las uñas todo lo que quisiera.

Estaba demasiado nervioso, tanto así que su pie izquierdo se movía solo, su mano derecha temblaba, se mordía las uñas de su mano izquierda y no sentía su pierna derecha pero podría jurar que le temblaba una nalga.

Lanzó una mirada hacia su acompañante y notó que estaba tan fresco como una lechuga, leyendo el periódico.

— Hyung... Hyungwon... —susurró sin dejar de morderse las uñas— ¿no estas nervioso por esto?

Hyungwon apartó su mirada del periódico y notó el tembloroso estado de Wonho, entonces suspiró y negó.

— No, y deja de morder tus uñas... —volvió a retomar su lectura pero sintió la fría mano de Wonho tomar la suya.

— ¿Entonces puedo morder las tuyas? —hubiera dicho cualquier otra tontería más, pero antes de que pudiera hacer algo, su acta de matrimonio se había estampado en su frente provocando un ruido en seco— auch...

Hyungwon apartó su mano con un poco de molestia.

— ¿Cómo demonios piensas entrar a la cita con el cónsul en ese estado? —lo regañó y Wonho asintió cabizbajo como un perrito siendo regañado por su amo, entonces Hyungwon se sintió mal y suspiró— a ver... Wonho mírame... —tomó las manos de Wonho entre las suyas y lo miró fijamente a los ojos— todo va a salir bien... Ponte a leer o algo...

Wonho lo miró con cara de aflicción.

— HyungHyung todo está en francés y yo no sé pronunciar ni la dirección de nuestro edificio... —Hyungwon suspiró sabiendo que Wonho tenía razón. Había pasado por alto ese detalle.

Entonces intentó ser comprensivo.

— Wonho... De verdad que saldrá bien —suavizó su tono de voz— debes pensar que así será y debes calmarte... ¿Si? Porque si vas allá en este estado, nadie va a creerte y tendrás que volver a tu país... —suspiró con un poco de tristeza solo de imaginárselo— y jamás me volverás a ver... Lo sabes, ¿no?

Wonho asintió cabizbajo.

— Lo sé... Yo... Yo solo... —resopló con fuerza y jugó con sus manos.

Entonces Hyungwon sonrió un poco triste.

— Mi color favorito es el negro... —susurró dejando a Wonho desconcertado— amo los camarones, Dasom y yo somos gemelos aunque no lo parezca. —Wonho lo miró, sorprendido— nos criamos con nuestros abuelos y heredamos la cafetería cuando ellos murieron... —suspiró triste mirando hacia el suelo— me gradué del colegio pero jamás terminé la universidad, me gusta mucho cocinar... —Wonho ladeó su cabeza concentrado en las palabras de Hyungwon tal como un cachorro viendo a su amo— siempre duermo al lado izquierdo de la cama y abrazo una almohada para no sentirme solo, Toutes ces choses es mi canción favorita, no bebía hace años... —soltó una risita ante su recuerdo— aprendí otro idioma gracias a mi abuela, a lo largo de mi vida solo he tenido dos mascotas, mi motocicleta fue un regalo de cumpleaños y he vivido en el mismo edificio durante los últimos 2 años...

Wonho lo miró fijamente ante la lluvia de sinceridad, sin darse cuenta sus nervios se habían esfumado.

— Wow... —sonrió con curiosidad como un perro moviendo la cola— dime más, por favor.

Hyungwon se sorprendió ante sus palabras, entonces se quedó pensativo por un par de segundos antes de volver a enumerar algunas cosas sobre él.

— Siempre pensé que Dasom sería la primera en casarse, pero no fue así... —sonrió triste— mi ex es un imbécil pero eso ya lo sabes... —Wonho asintió casi gruñendo— mi abuela me regaló un collar, para que se lo diera algún día a la persona con la que comparta el resto de mi vida... —hizo una pausa y se quedó pensativo— también creo que eres el primer extranjero que insultó a mi país en mi cara...

La Visa Nos Unió  Where stories live. Discover now