❹❾

1.5K 326 124
                                    

Wonho había asistido a muchas fiestas, quizá cientos, pero no tenía duda de que aquella era la mejor de su vida. Después de haber comido y platicado, el ambiente en el restaurante comenzó a mejorar hasta que se había puesto más que bueno.

No podía contener su risa mientras Atrévete sonaba de fondo y la gente hacía rueda para que cada quien mostrara su mejor baile, y por mejor baile se refería a lo primero que les pasara por la cabeza hacer.

Escuchaba la risa de Hyungwon a su lado y su corazón sentía una linda calidez cada vez que lo miraba tan feliz. Aquella no era la mejor fiesta de su vida porque había alcohol o mujeres. Era la mejor de su vida porque estaba él, sonriente y feliz como siempre quería verlo.

Se perdió de un par de bailes por estar viéndole el rostro. Wonho estaba sentado en una de las mesas cercanas al área de baile, Hyungwon estaba apoyando contra sus piernas y una de sus manos se mantenía reposando tranquilamente sobre una de las manos de Wonho que lo envolvían por la cintura como si no quisiera que se fuera. Y era precisamente eso, no lo quería dejar ir.

— ¡Mira eso! —gritó encima de la fuerte música mientras tocaba una pierna de Wonho y señalaba hacia el frente— ¡Ese tipo está muy borracho! —se rió al ver los ridículos movimientos del hombre que acabó en el suelo.

Wonho acompañó su risa y cuando sacaron al tipo del centro de la rueda, una joven los señaló.

— ¡Eh! —gritó señalandolos— ¡C'est ton tour!

Hyungwon se rió y negó, entonces Wonho se acercó a su oído.

— ¿Qué dijo? —preguntó curioso aprovechando a dejar un inocente beso en el cuello de su esposo.

Hyungwon soltó una risita y giró la cabeza un poco para hablar cerca de su oído también.

— Quiere que vayamos a bailar también... —susurró y dejó un tierno beso en la mejilla de Wonho para finalmente volver a acercarse a su oído— no te preocupes, ya le dije que no.

Wonho lo miró con diversión y aunque sabía que probablemente su esposo podría odiarlo por hacer algo así, se bajó de su asiento y empujó al delgado hacia el centro de la pista, sorprendiendolo.

Los gritos de la gente no tardaron en llegar y repentinamente la canción cambió, entonces sonaba I'm still in love. Ante el tranquilo ritmo Wonho apoyó sus manos en la cintura de Hyungwon y él respondió poniendo sus brazos alrededor de su cuello reduciendo considerablemente su distancia.

Ambos comenzaron a mecerse de un lado a otro sin ritmo y sin compás, simplemente sonreían viendo la cara del otro y aprovecharon a rozar sus narices con ternura mientras cantaban algún trozo de la canción. Un grupo de personas se unieron al baile en pareja y en pocos momentos la pista de baile ya había sido llena de parejas danzantes que aprovechaban el tentador ritmo para acariciarse y ellos no eran la excepción.

Aún con las sonrisas de sus bocas, su distancia se redujo en todos los milímetros que les faltaban y sus bocas se unieron sin preocupaciones y con muchas buenas vibras. Perdieron la cuenta de la cantidad de besos que se dieron en ese momento, ni siquiera se enteraron de que la canción terminó y que otra había empezado. Estaban como siempre, en su propio mundo.

Y había otro motivo más para que Wonho creyera que esa era la mejor fiesta de su vida, pues aunque había consumido alcohol no estaba ebrio y estaba degustando muy conscientemente del sabor de los carnosos labios de Hyungwon. Sin restricciones, sin preocupaciones y con total libertad.

Luego de un rato de pequeños roces inocentes y largos besos lentos, se separaron con unas sonrisas imborrables. Se abrazaron sinceramente en medio de la pista de baile y sin importar que en el fondo hubiera una energética canción, se movían muy lentamente de lado a lado. Sus mentes viajaron al cielo y se perdieron en las bonitas sensaciones que sentían recorrerlos enteros.

La Visa Nos Unió  Where stories live. Discover now