Alissa

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b a i l a

Mira como deambula, con sus penosas zapatillas, ¡tan gastadas de la vida! Cansadas de tanto vagar sin un lugar al cuál llamar hogar.

La gente se aparta, de sus miradas largas y sonrisas vacías. Como se encierra en su propio mundo y parece una inadaptada en el de ellos. No le hace caso a las bocinas que le gritan ni a pinchazos en palabras que el resto del mundo le propina.

Nadie quiere sus flores marchitas.

Así que estas caen de sus dedos congelados; secas y oscurecidas por las sombras de lo que alguna vez pudieron ser.

Y frente al escenario suspiros de fastidio ocupan los asientos, ¿cuánto más le tomará enfrentarse a ellos?

Y aun cuando nadie mira sus tropiezos, sus caídas, sus dolores, sus lágrimas o sus moretones siguen aplaudiendo con impaciencia para que se dé prisa.

Ella no encuentra la salida, por más vueltas que le dé al teatro de las aves azules, que entretienen al mundo con el llanto que se esconde en sus corazones y cantan sin emociones esperando por una despedida menos fría.

Alissa se pierde en los corredores, no tiene rumbo, sigue buscando su camino.

Estrellas perdidasWhere stories live. Discover now