♦PRIMERA PARTE DE LA SAGA "UN DESTINO, UNA MANADA"♦
Andrew Brooks, omega odiado por su propia manada, regalado como ofrenda de paz al alfa de la manada enemiga tendrá que luchar consigo mismo respetando una valiosa promesa.
Sera difícil y más si el...
Inicio el día como cualquier otro, me levanto de la cama me dirigió al baño, lavo mis dientes, hago mis necesidades y me baño. Ya limpiecito y seco enredo una toalla en mi cintura y salgo directo a mi closet poniendo especial atención en lo que me pondré hoy, sí, es un día como cualquier otro en la manada BlueMoon, pero no en mi vida, hoy es un día sumamente importante, por fin tendré a mi lado mi omega.
Elijó de entre mi ropa una camisa manga larga azul rey, unos jeans de mezclilla negros y de entre el calzado me decido por unos zapatos negros de vestir, tomo un bóxer y calcetines y me voy a la cama a vestirme. Ya vestido y peinado, (claro si se le puede llamar peinarse a pasarse los dedos por el cabello varias veces), me paro frente al espejo de cuerpo completo que está en mi habitación.
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- Debo admitirlo, me veo muy sexy- digo con una sonrisa en el rostro.
Lo se eso sonó un tanto narcisista pero no me importa, hay que tener confianza en uno mismo y pues a mis 25 años con 1.85m de estatura, cabello rubio obscuro, ojos azules y cuerpo bien formado por los entrenamientos en el campo de la manada, deben admitirlo soy sexy.
Tres toques en la puerta interrumpen mis pensamientos sin más suelto un "Adelante".
- Alfa Paul, Aarón y Cameron ya han partido a por su omega- me informa unos de los centinelas de la manada.
- Ok, nada más lleguen avísenme, quiero ser quien reciba a mi omega- digo con una sonrisa ladeada, estoy feliz por fin lo tendré a mi lado. Ansió tanto verlo.
Sin más el centinela se despide y sale a continuar con sus obligaciones diarias, yo me dirigí a mi despacho que se encuentra en la planta baja de la casa donde tengo algunos papeles que revisar, tratados que firmar y mi mente no se mantiene tranquila, ya quiero que este aquí conmigo.
Andrew Brooks mi omega y futuro esposo, aunque el aún no lo sabe, nuevamente unos toques en la puerta de mi despacho interrumpen mis pensamientos suelto un "Adelante" y la puerta se habré por ella asoma la cabeza mi hermana menor, que no es ni tan menor tiene ya 21 años.
- Buenos días, Sofía- saludo a mi hermana.
- Buenos días hermanito- me saluda con su ya típica dulzura sentándose en unos de los sillones frente a mi escritorio.
- Y bien hermanita, ¿qué ocupabas? - pregunto volviendo mi vista a los papeles que tengo en las manos y que aún no he podido terminar de leer.
- Hoy llega, no es así hermanito- me dice Sofía.
- De que hablas hermanita - digo aun sin levantar la vista de los papeles haciéndome el tonto, sé exactamente de lo que habla.
- No te hagas el tonto hermanito, esa enorme sonrisa que tienes no engaña a nadie - dice apuntándome con el dedo.
