Melwood: Te Amo Un Poco Mas

¡Dulces!

- ¡No Alegra!..- digo con voz firme de nuevo, poniendo la salsa en el carrito.

- ¿Porque no?..- pregunta mirandome con un puchero en la boca y suplicando con las manos.

- ¡Porque no y ya esta!..- le contesto, se enfurece cruzaba de brazos. Y tengo que admitir que se ve tierna enojada.

- ¡Pero papí yo los quiero!..- se le llenan sus ojos de lagrimas y su labio inferior comenza a temblar. Una chica que pasaba con su carrito miro la escena sonriendo divertida. Le sonreí y seguí empujando el carrito hacía la siguiente sección.

Estuve a punto de ceder pero recorde la última vez que comio los dulces por los que estaba suplicando ahora y volví a negar.

- ¿Alegra recuerdas la última vez que comiste esos dulces?..- le pregunto sonriendo y una lágrima se desliza por su mejilla.

Tengo que admitir que odio verla llorar pero era por su bien, tenía que mantenerme firme aunque me cueste trabajo.

- No dormi en la noche..- murmuro agachando la cabeza mientras mas lagrimas caian por su rostro.- y me dolía mucho la panza..- termino.

Me agache a su altura y la abrace. La última vez que comio esos dulces quedo tan imperactiva que con Mel casi no podiamos hacer que quedara quieta, estaba que por poco trepaba por las paredes, cuando le bajo el subidon de azúcar le comenzo a doler mucho el estómago y desde ese día aprendimos que la azúcar y ella no van juntas, tiene prohibido comer dulces con mucha azúcar y esos en particular rebasaba el límite sano para un niño.

- ¡Pero yo los quiero papí!..- volvio a decir apoyando su cabeza en mi hombro.

- Lo bebe pero te hacen muy mal. No quieres enfermarte de nuevo sierto?..- cuestione y ella estuvo de acuerdo a duras penas.

- ¡Esta bien!..- suspiro y se limpio las lágrimas del rostro.

- Vamos que ya dejamos a tu mamá sola mucho tiempo y aún tenemos que pasar por sus donas!..- le digo llendo a la caja. Ella sonrió y salio corriendo delante de mi.

Después de firmarle un autógrafo a la cajera y de sacarnos una foto, estabamos en camino para la casa. Alegra había insistido en llevar ella la caja con las donas y tarde me di cuenta que la quería llevar porque adentro estaban las que a ella le gustaban. Y se la estaba comiendo antes de la cena. Suspire y la deje ser.

- ¿Papí?..- cuestiono Alegra desde el aciento tracero. La mire por el espejo retrobisor y sonreí cuando vi que tenia toda la boca y parte de las mejillas llenas de chocolate.

- ¿Que sucede cariño?..- le digo parando en el semáforo.

- ¿Porque la tía Josefina es mi tia?..- cuestiono y suspire.

- Porque ella es la hermana de tu mamá, la que te llevo en su panza..- le digo viendo su reacción para saber si entendía.

- ¿La hermana de Sally?..- cuestiona de nuevo lambiendo su dedo.

- Así es cariño, la hermana de Sally..- suspire.

- ¿Y porque no vino a visitarme antes?..- pregunto ahora lambiendo su boca.

- Porque ella no sabía que tu existias..- respondo abanzando ya que el semáforo cambio.

- Porque no, Si mamí va a tener un bebe y yo se que existe?..- reflexiono y suspire. A veces me olvido de que es demasiado inteligente para su edad.

- Es que ella y Sally no se veían mucho. Desde antes de que tu nacieras..- intente explicarle y ella quedo pensando un momento.

- papí, yo no quiero dejar de ver a mi hermanita!..- dijo mirandome.