XI

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¿Qué coño ha sido eso Alba Reche?, pensó para si misma. Estás rematadamente tonta, ¿acaso pretendías tontear con una desconocida, amiga de una amiga, y encima con novio?.

No, no, no, pensó sacudiéndose la cabeza, y convenciéndose de los nefastos efectos del alcohol sobre sus circuitos cerebrales. Solo es una chica atractiva y encantadora, y yo una persona muy descentrada ultimamente, y perjudicada por la falta de entrenamiento.

Y así, fue pasando el rato, entre risas y bailes. Con María y África de maestras de ceremonias, encargándose de que a nadie le faltase una copa. En esas estaban, cuando Noelia hablaba nerviosa con Marta, y una cara conocida para ellas cruzaba la puerta del fondo. Era Julia, estuvo escribiendo al grupo, aunque Alba estaba demasiado concentrada en disfrutar de la noche como para mirar el móvil, y Noelia no encontró momento ni temple para decirla que Julia quería pasarse a tomar algo con ellas.

Natalia y María, que parecían no perderse nada nunca, se acercaron a Marta para preguntarla si pasaba algo. - ¿Pasa algo? parece que hubierais visto una aparición, dijo riendo.

-Puess- empezó Marta, - Acaba de entrar una amiga, y bueno es que es muy largo de contar, pero resumiendo, y por favor, no digais a Alba que os he contado nada. Es una amiga que tuvo un "pequeño momento" con Alba, dijo haciendo el entrecomillado con las manos. Y bueno, la verdad no se portó muy bien y las cosas ultimamente han estado un poco tensas.

- ¿Y para qué viene?, dijo Natalia sin reconocer muy bien de dónde salió esa seriedad. -Quiero decir, matizó, que igual Alba se siente mal.

Noelia se adelantó para allanar el camino y saludar a Julia que se acercaba con una amplia sonrisa al grupo de chicas.

- Eyyy- dijo Julia a Noelia, dandola un sentido abrazo. - Vengo en son de paz, lo digo por las caras de funeral. ¿Soy culpable por querer recuperar un poco de tiempo con amigas, o es que ya no soy bienvenida entre vosotras?.

- Claro que eres bienvenida idiota, soltó Noelia. Aunque ya sabes que no has hecho las cosas como tocaba y eso ha puesto las cosas un poco patas arriba ultimamente.

-Joder!, exclamó María a sus amigas. Pues no tiene mal gusto mi Reche, esa tía es un pivón, dijo recibiendo un codazo de Sabela, que parecía estar pasándolo mal sin apenas conocer a Alba.

Por su parte, Alba estaba bailando animadamente con África, con quien llevaba charlando un rato.

- Esto, ehhh, ¿esa es Alba? dijo Julia mirando a la rubia que se movía de forma hipnótica y acaparaba gran parte de las miradas de su alrededor. Natalia también dirigió allí la vista, después de hace run escrutinio exhaustivo a aquella extraña de la que lo único que sabía era que había hecho daño a esa chica tan dulce que acababa de conocer.

Julia se acercó cautelosamente con la mejor de sus sonrisas hacia donde estaba Alba.

-Hola Alba-, dijo provocando que diera un respingo llevándose la mano al pecho. - Perdona, he estado escribiendoos al grupo un buen rato, espero que no te importe que haya venido, me apetecía un montón veros y tomar algo con vosotras, pero no quiero incomodarte lo más mínimo-.

- Eh, esto, no, no! dijo sorprendida posando la copa nerviosamente y preguntándose por qué demonios nadie la había dicho nada. Todo bajo la atenta y nada disimulada mirada de las alli presentes.-

- Esta bien, no te preocupes, lo que pasó, pasó. Ya te dije que no hay nada que lamentar ni que perdonar. Ya está, dijo encogiéndose de hombros-

Julia no parecía del todo convencida, pero desde el fondo de Alba esas palabras eran tan reales como que su cuerpo estaba muy a merced del alcohol que se habia bebido. - De acuerdo, no sabes cuánto me alegra oir eso, dijo acercándose a darla un abrazo en el que Alba se tranquilizó pues no sintió nada más allá del leve bamboleo de su cuerpo un poco mareado.

Marta se acercó y presentó a Julia al resto de chicas, Natalia se notó algo seca, no tenía ningún motivo para prejuzgar a aquella chica, pero el relato de que había hecho daño a Alba la molestó. Mi afán protector, pensó, mientras hizo algo que dejó a una María entre atónita y al borde de un ataque de risa.

Cruzó a paso lento el metro que la separaba de la rubia, y cuando llegó a su espalda rodeo su cintura con las manos, con una delicadeza extrema, exquisita, y literalmente la abrazó rodeando todo su cuerpo provocando el alucine general en las que lo presenciaron, y un estremecimiento en Alba que creyó originario de otro universo, un universo donde no creía haber estado nunca. Sin separar ni un milímetro su cuerpo se inclinó hacía delante, hacia su oído, para susurrarla: - no dejes que te borre la sonrisa, eres preciosa, y tendrías a cualquier persona enganchada a tus ojos sin ni siquiera proponertelo-. Alba empezó a sentir como su corazón latía descontrolado en el pecho, aquel susurro la había desconcertado y llevado hacia un lugar extraño, ya no sabía si fruto del alcohol, de un sueño, o de una locura transitoria.

Julia, se quedó petrificada mirando la escena, momento en el que Natalia aprovechó para girar suavemente el cuerpo de Alba hacia delante, quedando sus ojos frente a frente. Y así se quedaron unos segundos que parecieron eternos, con el cuerpo de Alba semi temblando, con el sentimiento de tener una estrella en su viente, y sin poder apartar la vista de aquellos ojos negros  que la parecieron un milagro de la naturaleza.

- ¿Estas bien?, preguntó Natalia mientras sus dedos se deslizaron hacia un mechón rebelde de la rubia, colocándolo detrás de su oreja. - Nunca mejor- sususrró embelasada Alba sin medir sus palabras y con un ferviente deseo de atrapar aquellos labios rojos entre los suyos.

- Esa tía es mi puta ídola, dijo María. ¿qué coño le ha dado de repente? se le ha ido la pinza total le dijo en voz baja a Sabela sin salir de su asombro pero con una extraña alegría interior.

De repente, Natalia, como quien despierta de un sueño en el que cree que está cayendo hacia el vacio se separa ligeramente de ella confundida, y con la certeza de que quizás aquel afán espontáneo hacia aquella chica habia sido un poco excesivo. Y en ese momento de separación, Alba aprovechó para deslizar su mano hacia Alba y arastrarla hacia la pista a bailar , mientras María.

- ¿Se puede saber qué coño ha sido eso amiga? soltó María acercándose por fin a su amiga, y bajo la atenta mirada de África y Sabela.

- Pues nada, ¿qué va a ser? me pareció que necesita un poco de ayuda.-

- Para el carro Teresa de Calcuta, dijo María riendo, que te he visto muy entregada a la causa.

- Sí, dijo África asintiendo, yo pensé que os ibais a comer la boca.-

- Eh, pero qué coño, intentó decir Natalia mientras se le trastabillaban las palabras en la boca.  -No digais tonterias, por favor- dijo alucinando un poco por la situación y mirando hacia donde estaba Alba pensó si no se le habría ido la pinza un poco por el alcohol, y realmente se habia pasado.


Espero que os esté gustando!!  Si es así, dejadme algún comentario o hacedmelo saber, siempre es gratificante para el que escribe  saber que hay personitas disfrutando por ahí :)))


La ausencia de la luzWhere stories live. Discover now