P2 Capítulo IX

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Si duele, inspira, le dijo alguien una vez, y algo de verdad debía de tener esa frase porque desde su encuentro con Alba, Natalia escribía y componía sin parar.

Misteriosamente María no había sido excesivamente dura con ella, podría decirse que incluso parecía contenta de que entre Alba y ella hubiera habido algo más que simple indiferencia, aunque no lo dijese abiertamente.

Esa misma tarde, Natalia tenía el evento de la radio, María se empeñó en llevarla, después había quedado con Marta, esa misma tarde se escogía el ganador de la exposición, y después Alba celebraba una cena de despedida en su casa a la que la rubia estaba invitada junto con Marta y otros amigos íntimos.

-Aún no me has enseñado la canción que vas a cantar-

Natalia cargó su guitarra en el maletero y se subió en el asiento del copiloto – Ya, aun no estoy muy segura de tocarla-

- ¿Por? - preguntó metiendo la llave en el contacto

- Creo que es arriesgado, no es una canción al uso, o al menos no sé si es la canción adecuada para sonar en la radio por primera vez- dijo con un deje de temor que la rubia no supo interpretar bien.

María arrugó la nariz, - entonces toca otra, ¿qué problema hay? tienes cientos, será por canciones, pero vamos que tendrías que decidirte ya- dijo señalando la hora y levantando las cejas.

-Esa es especial, me gustaría tocarla- encogiéndose de hombros

-Entiendo... oye, apenas hemos hablado ¿ cómo estás después de lo de la otra noche? -tanteó

Natalia cogió aire mientras presionaba el automático de la ventanilla, agradeció el aire en el rostro, y se encendió un cigarro tomándose su tiempo antes de contestar a su amiga.

-Jodida, estoy jodida- dijo remarcando la última silaba

-Era previsible, sigues enamorada como una perra- soltó la rubia ahora sin anestesia.

-Para mi desgracia- y es que aquello era una verdad que no podía seguir ocultándose a si misma y con la que no tenia ni la más mínima idea de qué hacer.

-O no...- dijo la rubia pensando en voz alta

Natalia frunció el ceño sin comprender

-Lo que quiero decir es que yo creo que ella también sigue enamorada de ti Natalia- suavizando el tono de voz

-Eso no me ayuda, ¿te tengo que recordar lo qué paso?, y que está con otra tía, y... - las palabras se atropellaban neviosas en su boca

-Para el carro si quieres que lleguemos a salvo que me estás aturullando y me distraigo.  A ver amiga, lo que quiero decir es que te entiendo pero la realidad es que nunca tuvisteis una conversación respecto a todo eso, no le diste la oportunidad-  dijo negando con la cabeza como si rememorar aquella situación le enfadase tanto como si le hubiera sucedido a ella misma.

- ¿Te recuerdo lo que pasó la última vez que intenté hablar con ella? - un escalofrío recorrió su espalda al recordar los labios de Alba y la humedad de su boca, aquella piel sobre la que había hecho fuego no mucho tiempo antes.

-Sí, ya lo sé, que le comiste la boca y que te soltó un bofetón, pero es que eso no es hablar es morrear, y dadas las circunstancias era un poquito precipitado, ¿no crees? –

Cogió aire tratando de alejar aquellos pensamientos - ¿cuándo se va? - preguntó entre dientes

-Pues creo que mañana por la noche, de ahí la invitación a cenar- miró de reojo la reacción de su amiga que nuevamente se perdió en sus pensamientos.

La ausencia de la luzWhere stories live. Discover now