Incorruptible Desvío

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Todo inició como una idea.

Esa idea evolucionó a una sola palabra que englobase todo y pudiese ser usada como un nombre que produjese emoción o temor. Una sola entidad que explicaba el sinsentido de una de las tantas acciones de las fuerzas de la naturaleza. Pero el tiempo pasó, la gente cambió, discutió, las creencias temblaron y las explicaciones quisieron tomar otros caminos. Así que volvió a surgir una nueva idea que desplazara a la anterior. Una idea dividida en dos y que tomó forma. Para algunos dejó de ser una sola entidad esa fuerza de la naturaleza tan enérgica pero usualmente amable que no podía ser un solo ser. Así que atribuyeron todo a dos. A ellos. Así iniciaron.

Desde el principio habían estado juntos.

Siglos atrás, en tiempos olvidados y donde actualmente apenas quedaban pruebas de que ellos, su existencia surgió. Realmente era complicado explicar el surgimiento de un Dios, del concepto mismo de este mucho antes de ser parte de una mitología y fuese unido a un árbol genealógico divino o a una cosmovisión de su surgimiento. Simplemente era difícil explicar cómo se surgía como un Dios. Nacer como un ser, dejar de ser una idea o un debate, volverse algo en que la gente creyese era complexo. Pero si Craig recordaba, si despejaba su mente y se esforzaba podría llegar a esos recuerdos más antiguos.

El momento más brumoso había sido cuando no había sido él. El tiempo previo a haber existido. Esa época en que la gente creía en un solo Dios como responsable de la lluvia, el trueno, el rayo, granizo y también las batalla. En ese entonces eran parte de una entidad, una parte de un ser mucho más grande y poderoso, ahí Tweek y él habían sido solo un rasgo más de una divinidad adorada. Pero en un momento se separaron e independizaron, como los pueblos suelen hacerlo. La conquista y expansión, las leyendas y los relatos orales también se llevaron consigo la fe y a sus Dioses. El tiempo hizo que las ideas evolucionaran y nuevas ideas surgieran. Así que simplemente, repentinamente, como siempre es cuando de las ideas se trata: Él existió. Pero al hacerlo, también lo hizo su alma gemela.

Desde el inicio habían estado juntos.

Nunca había estado solo. Desde el momento en que existió lo primero que pudo apreciar fue la presencia y cercanía de su contraparte, rodeándolo, protegiéndolo, amándolo y él haciendo exactamente lo mismo. A veces olvidándose dónde terminaba uno e iniciaba el otro. Pero en otras ocasiones tan claramente divididos que calzaban como piezas perfectamente cortadas de un molde superior.

Los pueblos de los Andes los llamaron con diferentes nombres, pero la idea de que estaban siempre juntos prevaleció. Amantes, hermanos, compañeros, amados. No importaba. Simplemente lo celebraban. Como Dioses, estaban por encima de los vínculos de sangre, de los géneros y el sexo. Ellos eran eternos, inmortales y por sobre todo juntos. El Dios de la Lluvia y Dios de la Tormenta. Juntos. La gente los llamaba con tantos nombres que ya los había olvidado casi todos. No importaba como los retratasen, lo único que realmente importaba es que los mortales recordasen que no podían separarlos.

Craig respiró hondo, se obligó a recordar. Esos tiempos de oro abundante, de música imparable, de rezos, sacrificios, gritos y risas. Como seres omnipotentes eran caprichosos y algo crueles, amorosos y salvajes. Como Dioses naturales, eran sexuales, violentos, amorosos y celosos. Los humanos los concibieron virtuosos y defectuosos. Imperfectos. Reales. Tangibles. Dioses para andar entre mortales.

- Nos hicieron para que pudiéramos estar junto a ellos... -murmuró, aun con los ojos cerrados, centrado en la profundidad de su mente.

Esos eran sus tiempos favoritos, los pueblos los llamaban para que se unieran a los festejos, los invitaban a que llegaran. Tal vez no fuesen el Sol, la Luna, la Tierra o el Mar, pero la gente los adoraba con una jovialidad más informal y cercana. La gente extendía sus manos a ellos, los querían cerca y les dedicaban festines a su honor. Él dominaba los truenos, hacía bailar a su compañero para que llevase la lluvia entre risas y felicidad. Él se había sentado con los humanos, había recibido sus ofrendas y a petición de Tweek, había iluminado la noche con sus truenos para asombrar a las personas. Esa época había sido tan tranquila que no había existido obligaciones algunas. Solo ser. Existir.

Inconciliable Destino «South Park» [Creek]Where stories live. Discover now