Capítulo 24

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Alba's POV:

Alejandro fue empujado por Natalia, esta le dió un fuerte puñetazo en la mandíbula logrando tirarlo al suelo, él chocó contra este y no se levantó de allí.

- Alba... - se acercó a mí y me abrazó, yo escondí mi cabeza en su cuello y aguanté todo lo que pude las lágrimas.

Nos separamos un poco, pero tampoco demasiado, amaba tenerla cerca.

- Admite que te ha dolido - dije riendo levemente, refiriéndome a su puño gracias a que él tiró al suelo a Alejandro.

- Un poquito, pero lo he disimulado perfectamente - me guiñó el ojo y ambas reímos.

Natalia volvió a hablar.

- Deberíamos ir a buscar a Miki - que raro ¿No estaban los dos en el mismo lugar?

- Miki es el chico que iba contigo ¿No? - ella asintió - Que raro, me imaginé que os pondría juntos.

- No sé de secuestros Alba - argumentó encogiéndose de hombros - lo malo es que aún tenemos, ambas - esto último lo dijo mirando a nuestras manos - los brazos atados.

- Bien visto Nat, busquemos a Miki antes de que Alejandro se levante - y eso hicimos, abrimos una puerta, detrás de esta se encontraba un despacho perfectamente amueblado para ser una casa tan sumamente rústica, y ahí estaba Miki, levantándose del suelo, y sin cuerdas que ataran sus muñecas.

- Miki... ¿Tus muñecas no están atadas? - él asintió.

- Sí lo estaban ¿ves? Ahí están las cuerdas dijo señalando una parte de la habitación - pero estuve en los boy Scouts, a parte mi padre me enseñó a hacer este tipo de cosas... - hizo una pausa mirando nuestras extremidades - ¿vosotras aún las tenéis atadas?

- Como puedes ver... sí Miki, nada ha cambiado - dijo Natalia posando su mano sobre su frente mientras negaba con la cabeza.

- Perdone usted... - Miki se acercó a nosotras y empezó a desatar las cuerdas, cosa que logró exitosamente.

- Vale, no creo que quede mucho para que el bello durmiente se despierte, así que vámonos ya de aquí - ambos asintieron y nos dirigimos hacia la puerta para volver a casa.

Nos montamos en el coche, Miki le cedió el asiento de copiloto y Natalia conducía muy concentrada en la carretera.

Al fin llegamos al centro de Madrid, parecía mentira pensar que ya estábamos allí, sin estar en una puta casa con Alejandro, por desgracia, Ni él me contó que quería de mí y por que me había cogido, ni logré averiguar quién era esa persona de la que hablaba.

Dejamos a Miki en su casa y Nat y yo nos dirigimos a la suya, bueno, a la nuestra.

Se me había raro pensar que ahora tenía realmente una casa, ahora sí que la tenía, me cuidaban, era reconfortante pensarlo.

Entramos por la puerta y Nat habló al segundo de cerrar la puerta detrás de nosotras para comenzar a lamentarse.

- Alba, siento de verdad lo que hice, siento no haber llegado... - le interrumpí acercándome a ella.

- Eh Nat, tu me has salvado, otra vez - al decir eso rodé los ojos a modo de broma.

Acariciaba su brazo para ver si así se calmaba un poco.

- Pero... sí no te hubiera dicho de quedar en la Facultad... - acabé por ella la frase.

- Él me habría pillado en cualquier otro sitio. - ella asintió secándose un poco alguna lágrima que caía por sus mejillas.

blurry Friday nights - albaliaWhere stories live. Discover now