Noir Gray está perdidamente enamorado de Jin Berry, un profesor de su escuela que no lo puede ver ni en pintura.
En el pasado los dos tuvieron el tiempo de conocerse y darse cuenta de que ninguno de los dos se agrada y que se "detestaban", obviando...
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N O I R
Lo hablaremos después.
Fruncí el ceño, mientras mordía distraído la goma de mi lápiz. ¿Qué se suponía que significaba eso? ¿Y por qué no podía dejar de pensar en eso?
Sólo habían pasados dos días desde la última vez que lo había visto. No tenía su número y ni aunque lo tuviera creía ser capaz de llamarlo. Ya no era mi tutor, ¿cuándo se suponía que íbamos a hablar?
El timbre me saco de mis pensamientos, devolviéndome de golpe a la realidad. Guarde mis cosas y espere a mis amigos para ir a la cafetería.
-¿Estás bien? -pregunta Dimitri ladeando la cabeza para verme mientras caminamos.
Niego silenciosamente.
-¿Es tu hermana? -cuestiona Felix.
Asiento.
-¿Quieres decirnos?
Suspiró cansando.
-El viernes marque los números que me diste, y pude encontrar el número de mi hermana, pero no he vuelto a llamar. Me da miedo.
-Es una gran noticia, amigo -me sonríen-. No te preocupes, cuando estés listo nosotros estaremos junto a ti para apoyarte.
Sonreí agradecido.
-Está tarde le marcaré -respondí exhausto.
Vamos entrando a la cafetería, cuando se nos une Lucas, vamos por la comida y nos sentamos a comer.
Lucas y yo compartidos unas pocas palabras. Me sigo sintiendo culpable, ni siquiera puedo verlo a los ojos cuando me habla.
Soy un desvergonzado, pero mi conciencia me tortura. Sabía que lo estaba haciendo estaba mal, demasiado mal, debía arreglarlo lo más pronto posible. Por esas mismas razones tenía que hablar con Jin lo más antes posible. Me inquietaban bastante las respuestas que él podía darme, y si de alguna forma me quería con él, yo accedería sin pensarlo dos veces, y eso me agobiaba más de lo que ya lo hacía, me preocupaba Lucas. Quiero dejarlo, pero no quiero hacerle daño. Estaba consciente de qué tal vez él si había sido solo un capricho, a alguien al que use para llenar un vacío que nunca pudo llenar. Él si me quería, y probablemente Jin no, pero yo quería a Jin.
Recosté mi cabeza frustrado sobre el estante de libros, me golpeé varias veces contra este.
-¿Necesitas ayuda?
Me volteo lento para ver a Finn mirándome con una sonrisa burlona.
-Cállate, y déjame morir solo -digo volviendo mi vista hacia otro lado.
